martes, 22 de febrero de 2022

Alice Guy: otra fiesta

 
Mi amigo Juan Laborda acaba de publicar Alice Guy, en el centro del vacío hay otra fiesta. No es su primer acercamiento literario al cine, pues cuenta en su haber con multitud de páginas dedicadas a él de un modo u otro. 

Desde su primera novela La casa de todos, cuyo más estremecedor pasaje gira en torno a una proyección clandestina, pasando por la siguiente, titulada La fragilidad del neón, con Linda Darnell entre sus protagonistas, o el desenlace de su tercera, Paraíso imperfecto, hasta la última Y entones volaron, salpicada de alusiones cinéfilas. 

Pero también se ha fogueado publicando con una frecuencia envidiable sus aportaciones a ensayos colectivos, como Terry Guilliam, el desafío de la imaginación (Editorial T & B), Mitos del cine quinqui (Ensayos de Cultura Hispánica) o Mujer y cine en España (Ensayos 5) y multitud de especiales de la Editorial Notorius volcados en la edad dorada del cine de Hollywood.

Lo que ahora publica en solitario con la Editorial Huso aborda una figura anterior a esa época dorada. Va de una cineasta pionera, francesa y libre, la injustamente olvidada Alice Guy

Considerada ya la persona que realizó la primera película de ficción, Alice se codeó en Francia con esos hombres bien conocidos que exploraron desde sus incios, artística y técnicamente, las posibilidades del lienzo de plata. También filmó en Estados Unidos, donde montaría productora propia con la que seguir rodando hasta 1922. Y eso que viviría unas cuantas décadas más.

Pero todo lo cuenta con más detalle y mejor Juan Laborda, en esta pequeña delicia entre el ensayo y el libelo que se ha sacado de la manga, como un conejo de la chistera o una col de hada. No os lo perdáis, insesatos.  

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