Moebius, Jean Giraud para los seguidores del teniente Blueberry, siempre dijo que Belmondo inspiraba a su personaje más universal y si se revisan los cómics en los que empezó a construirlo no se puede estar más de acuerdo.
Belmondo tenía pelazo, patillas, boca sensual, nariz de boxeador, mirada irónica. Y arrancó como un meteoro en los 60, cuando la Nouvelle Vague dio la vuelta al mundo, empezando con Godard (À bout de souffle), con Truffaut... y Belmondo por fetiche.
El actor participó además en un De Sica oscarizado, Dos mujeres, y se animó con Agnès Varda (Las cien y una noches), Rene Clement (¿Arde París?) y Jaques Deray (Borsalino, entre otras muchas), mano a mano con Delon, el otro francés de su talla, aunque más guapo y polar, mucho menos simpático.
Belmondo te hacía lo mismo un solitario con pistola, que un tipo corriente metido en apuros aventureros, que un personaje de arte y ensayo, que un enamorado suicida, que un papel de superproducción, que un artista invitado, que una composición teatral. Todo sin petulancia ni alardes metodológicos, al menos visto desde aquí.
Los indios de viñeta llamaban al teniente Blueberry "Nariz rota", pero nos dejaste con las ganas de ese western a la francesa. Supongo que pensabas que ya teníamos bastante. Au revoir, Belmondo.
pues sí: el Blueberry de pelo corto es clavado a Belmondo.
ResponderEliminarEl de pelo largo me recuerda más a Bronson