Un buen escenario: Suiza. Jóvenes atendiendo viejos en un
retiro de salud y agüitas termales. Todos con actitud, sólo dos de ellos con
voz. Para nuestra fortuna, esos son Michael
Caine y Harvey Keitel, hablando
de próstatas, fallos de memoria simulados, hijos incomprensibles, antiguos
amores, desidia o entusiasmo, supervivencia y apuestas.
De vez en cuando ponen su pizca
de talento interpretativo Rachel, Paul y Jane, sobre todo Jane, el tercer viejo
de la partida. Todo ello con humor, desesperación, esteticismo y mala uva marca
de la casa. La única amenaza es que Sorrentino
empieza a gustarse demasiado, es autoconsciente en grado sumo –quizá no haya
podido zafarse después de La gran belleza- y algunos elementos
supuestamente desestabilizadores o epatantes son perfectamente prescindibles (Maradona
sobra, la masajista entrenando bailes de videojuego no digamos).
Eso sí, el italiano consigue un
momento para la historia del cine XXI en la secuencia de la piscina, porque una
venus en las aguas (lo mismo da que salga o que entre), sigue produciendo en
los espectadores una inevitable fascinación, aún con la próstata averiada.
He ahí un instante impostado,
pero loable. En cuanto a las otras imposturas, juraría que Sorrentino y su
montador necesitan discriminar entre lo bello y lo gratuito. Un balneario suizo
no es Roma, Paolo.
Gracias, Fernando.
ResponderEliminarComo es obvio, no veré esta película.
A un fan total de Rossellini como yo, alguien como Sorrentino le provoca alergias y picores por todo el cuerpo...
Solo mencionándolo y ya me pican las piernas. Me voy a rascar, hasta otra.
Desde luego, es la antítesis.
EliminarYa te decia que La Gran.. me entusiasmo y esta me horrorizo...cosas de la edad
ResponderEliminarEl terco de Leon sigue asi...terco con la Gran belleza... cosas de le edad tambien
Ya te decia que La Gran.. me entusiasmo y esta me horrorizo...cosas de la edad
ResponderEliminarEl terco de Leon sigue asi...terco con la Gran belleza... cosas de le edad tambien
Ya te decia que La Gran.. me entusiasmo y esta me horrorizo...cosas de la edad
ResponderEliminarEl terco de Leon sigue asi...terco con la Gran belleza... cosas de le edad tambien
Ayer precisamente en un cine de verano en pantalla gigantesca, volví a ver La Juventud por segunda vez. Lo reconozco el universo cinematográfico de Sorrentino me gusta. De momento solo he visto Un lugar donde quedarse (ahí lo descubrí), La gran belleza y La Juventud. Me llama la atención lo que cuenta y cómo lo cuenta. En ese balneario suizo disfruto con cada uno de sus detalles... Creo que Sorrentino bebe de Fellini (de nuevo aquí hay una presencia del director italiano, que también tiene su balneario particular en Ocho y medio) y de la parte melodramática y operística de Visconti. Ando detrás de Il Divo.
ResponderEliminarDe La Juventud disfruto de los personajes de Michael Caine y Harvey Kietel (mi favorito). Y me encanta el personaje de Rachel Weisz. Así como de muchos de sus momentos y diálogos, por ejemplo, el monólogo que le suelta la hija a su padre embadurnados de barro.
Beso
Hildy
A mí de Rachel me gusta especialmente el momento más íntimo entre padre e hija, cuando ella decide decirle algo "muy personal". Creo que ahí es cuando recuperan la complicidad, si es que alguna vez la tuvieron antes de ese instante.
EliminarNo le sobra nada.
ResponderEliminarLo estético por simplemente estético, también suma.
Y es muy sorrentiniano, en Roma y en Suiza.
No me digas, por favor, esas tomas de la gente tomando como ovejas sus tratamientos de salud...!!