Un buen "cluedo", algo estirado pero pleno de ritmo (y eso que el número de localizaciones es reducido). Con un reparto aplastante, liderado por Plummer de jefe familiar y la sazón propia del caso: un rosario de rencillas, trampas, secretos y afectos en loco tobogán, como suelen gastar los clanes alrededor de una fortuna.
Muchos de los intérpretes del reparto se ríen un poco del estereotipo que habitualmente se les asigna: el avariento, el picaflor, la zen, el atormentado... entregándose al patetismo cómico de lujoso envoltorio.
Y otros se descuelgan con roles opuestos a los que le son más comunes al espectador, regalando recitales de candidez, capacidad deductiva, autoritarismo castrante, maldad calculada...
En fin. Puñales por la espalda es un divertimento que no se pasa de trillado ni de original, que sabe que un rompecabezas tiene sus límites: el de piezas que caben en la mesa frente al sofá, una noche de lluvia.
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