La última película en la que le
vi actuar se titulaba 4 latas y se estrenó en los cines en marzo del 2019.
Él hacía de narrador la mayor parte del metraje, pero eran mérito suyo el final en alto y la emoción auténtica que
destilaba ese encuentro en las últimas con su hija; Frente a tres intérpretes
sólidos que se habían hecho querer en el trayecto, Quique daba un golpe de
autoridad con apenas nada.
Siempre me pareció un actor de
raza. Empezó a destacar en el cine quinqui,
aunque llevaba tiempo asomándose a películas de toda especie en
papelitos poco lucidos. Pero se hizo hueco a pesar de un físico tan marcado que
le limitaba, actuando para García Sánchez, Cuerda, De La Iglesia, Iborra,
Aristarain, Berlanga, Segura,... Le disfruté mucho junto a Resines en Orquesta
Club Virginia y El baile del pato, brillante y divertido sin esfuerzo
aparente. Como humorista era un crack.
Buen viaje, Quique.
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