Una película peruana se coló en
la final para los Goya, pero no pudo ser: sin entrar a comparar calidades, El
clan ha tenido una carrera comercial de
la que Magallanes carece y eso también cuenta en votos.
Magallanes narra otra cosa
terrible, aunque de un modo mucho menos explícito: Los abusos de la milicia
sobre la población indígena, la impunidad del crimen, el trauma de unos y de
otros, la posibilidad de redención, la memoria que perdona a quien menos lo
merece, las deudas impagables. Todo en un Perú de contrastes, el miserable y el
acaudalado, en el que lo único recurrente es la degradación moral, la violencia
inmediata y el futuro inmóvil.
Los intérpretes, por descontado,
cumplen de sobra con sus cometidos, desde el desmemoriado Luppi a la digna
Solier, pasando por Damián Alcázar, que encarna al Magallanes del título.
La película es buena y
seguramente hasta necesaria, pero cada vez más me asalta el desánimo cuando me
enfrento al cine latinoamericano, volcado en lo más terrible de su historia
reciente. La denuncia es legítima, pero yo sé que Iberoamérica no empieza y
termina en su lado trágico, su música lo certifica.
Sueño con el día en que el cine
del Continente recoja algo de esa alegría vital que lo sostiene y la cara
optimista de su realidad pueda llegar igual o más lejos que ésta.
Me encanta esta actriz
ResponderEliminar¿Cuándo la estrenan?
No sé si va a estrenarse. Yo la ví en un pase especial, previo a los Goya
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