En su Conversación en la catedral, Vargas Llosa acuñó una pregunta mítica: "¿En qué momento se jodió el Perú?". Es, por desgracia, un interrogante aplicable a otros muchos países, incluido el nuestro, pero también a asuntos de menor amplitud.
Por ejemplo: ¿en qué momento se jodió el blockbuster de verano?
Esto sonará a arqueología, pero hubo un tiempo en el que no se reservaba ningún estreno con ambición comercial para la época estival. Hasta que llegó Tiburón, luego la saga Starwars y el verano se convirtió en la estación ideal para películas más o menos palomiteras pero icónicas, cuyo nivel artístico fue descendiendo año tras año hasta joderse.
El verano pasado, el gran blockbuster fue Lobezno inmortal, con eso está dicho todo.
Pero nunca hay que perder la fe porque, junto a la gigantesca chatarra de Transformers 4 (¿o es el 5? en fin, qué diferencia hay), se ha estrenado la segunda entrega de la saga Planeta de los simios, felizmente rescatada a pesar del sonoro patinazo burtoniano de hace una decáda.
La primera de esta nueva tanda, El origen del planeta de los simios, buceó en el momento que provocaba una inteligencia simia equiparable o superior a la humana. El amanecer continúa con el personaje central, el líder simio César, y avanza hacía ese planeta que visitará un astronauta mucho tiempo después. Lo hace con sensatez y pulso, aunque en su segunda mitad tenga que regalar concesiones al espectáculo veraniego menos original.
A pesar de ello, el director y sus guionistas logran que el conjunto se resienta poco, porque han construido durante la primera hora razones sólidas, variadas y coherentes para el comportamiento de cada personaje, algo poco usual en los productos que jodieron el verano.
Quizá en algún despacho en el que se tomaban las decisiones alguien recordó otra frase mítica. Ésta la dijo dijo Katzenberg al estrenar en esta estación del año El club de los poetas muertos: “Nunca he visto una película de verano. Sólo he visto buenas y malas películas”
Once again estamos de acuerdo aunque yo encuentro la segunda parte peor que tu, abrazos joven
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