A rebufo de las nominaciones a
los Goya, acaban de reestrenar Vivir es fácil con los ojos cerrados,
una película pequeña y bonita que le ha salido a David Trueba con
un equipo que en los créditos finales pasa en un mero suspiro.
Lo ha hecho con una idea sencilla, el beatle-mcguffin, y un gran personaje que Javier Cámara, profesor de inglés de Albacete, se enfunda como una piel con ese talento que le queda tan natural y consigue la verdad de cada frase, sea ésta previsible o inesperada.
En cuanto a los autoestopistas en dificultades que le acompañan a Almería para conocer a Lennon, la chica es hermosa, con su punto dulce y su peligro, y la actriz Natalia de Molina lo aprovecha todo. El chico que cierra el trío, encarnado por Francesc Colomer es bastante soso y desgarbado, como corresponde a su papel, algo corto de encanto.
Jorge Sanz, que hace treinta años (joder, treinta ya...!) habría interpretado al chico pero en más canalla, asume el antipático papel de padre intransigente con apenas un bigote y algo de vinagre en la mirada. Se nota que ha vuelto al teatro, porque emana autenticidad con muy pocos minutos en pantalla y unas líneas de guión instaladas en el tópico.
Pero lo más interesante espera al final del solazo almeriense y no es Lennon. Es un tipo apodado "el catalán" que arrebata cada escena en la que está presente con la sobria y divertida interpretación de Ramon Fontserè, el que aguarda a su italiana sin esperanza ni amargura, casi casi con los ojos cerrados.
No dejéis pasar la
oportunidad. Sienta bien oír una maqueta de los Beatles por las viejas
carreteras de esta España interminable.
Es curioso (y un poco simplista) el modo de resumir la cerrazón ambiental del país que utiliza Trueba 2.0: bofetadas de los “bienpensantes” y programas radiofónicos exclusivamente centrados en la religión. Lo bueno del recurso de la radio es que funciona como chiste de guión que cada vez que la enciendan para oír música toque hora del ángelus, procesión de semana santa… Lo de las bofetadas es más obvio.
ResponderEliminarLa tolerancia y la bondad, por supuesto, se reservan para los “cosmopolitas” que escuchan a los Beatles (procedentes de un Reino Unido en el que ya nos contó “Radio encubierta” qué bien vistos estaban el Rock´n´Roll y el Pop desde las instancias oficiales), o que han estado en Italia (menuda posguerra la italiana, también debió de ser cojonuda).
Me gusta especialmente un detalle malvado y brillante, relacionado con el uso de la violencia en la película: que la mujer de Lennon se despache a macetazos. Me la imagino diciendo lo de la Beckham, que España le olía a ajo.
A ver Anónimo. Por ceñirnos al cine. Aquí en el 66 el cine autóctono estrenaba con Manolo Escobar El padre Manolo (que sale en la peli), compitiendo con Raphael, Rocío Durcal, Paco Martínez Soria, y spaguetti westerns varios. Luego teníamos los tímidos intentos de enseñar muslo, tipo Lola espejo oscuro, Mayores con reparos, Operación secretaria… Y en plan Luis Rosales del momento, la olvidada Noche de vino tinto.
ResponderEliminarFuera de España era el año de Un hombre y una mujer, de Alfie, de La jauría humana, de Propiedad condenada, de Harper, investigador privado, de Cómo robar un millón y…, de Cortina rasgada o Los profesionales, de Muerte de un burócrata o Quién teme a Virgina Wolf. Checoslovaquia hacía Trenes rigurosamente vigilados, Polanski estrenaba Cul de Sac, Stanley Donen Arabesco, Rene Clement ¿Arde París?, Bergman Persona y Truffaut Fahrenheit 451.
Parece que llevábamos un poco de retraso, con o sin hora del ángelus. ¿No?
Será Jaime Rosales, Toni
EliminarYa está. En dos comentarios, la cosa política aireada y a debate. Tiene razón el señor blogger: esta España es interminable…
ResponderEliminarPero Manu, criatura, de qué vamos a debatir: ¿de si está bien o mal hecha la pajilla de la chavala al soso?
ResponderEliminar¿Qué tal de si Javier Cámara se llevará el Goya al mejor actor este año?
ResponderEliminarA mí me gustaría abrir un debate sobre porqué Ariadna Gil lleva 20 años sin escoger un papel en el que sonría, con lo bien que le sienta la sonrisa a esa mujer.
EliminarQué curioso que menciones "Radio encubierta", Anónimo, porque retrata justamente el clima oficial y el rebelde en el Reino Unido del mismo año 1966.
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