Una de mis películas favoritas de los noventa fue Smoke, aquella del estanco en Brooklyn regido por Harvey Keitel. El autor del guión era Paul Auster y el director Wayne Wang.
Auster dirigió luego Blue in the face, una simpática variante en el mismo escenario, por la que pasaron todos los amiguetes a largar.
Y allí estaba él, diciendo tranquilamente que no se tragaba el humo. Grande Lou Reed.
lunes, 28 de octubre de 2013
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sigo de luto
ResponderEliminarPero de don Manolo ni un comentario. Eres un descastao, fotógrafo.
ResponderEliminarA ti primo, te perdono por escocés.