El trepamuros lo ha vuelto a hacer: le ha sacado a Hollywood las castañas del fuego, devolviendo a la chavalería al cine, pulverizando récords, contando una historia realmente chula para cualquier fan de los cómics, de la factoría cinematográfica de Marvel o, en general, del cine palomitero trepidante pero de calidad.
Tom Holland es, de largo, el mejor Spiderman de los vistos hasta la fecha. Podemos obviar al chico del 77. Con aquella traza -de la máscara a las suelas del traje-, sin un solo efecto y semejantes malos de arte marcial serie Z, el pobre Nicholas Hammond hizo lo que pudo. Tobey Maguire, ya en nuestro siglo, aprovechó bien ese momento en el que las posibilidades técnicas daban el primer gran salto cualitativo -¡y qué salto!-, acertando de lleno en dos de tres. Andrew Garfield tenía el viento de cola tras La red social (nótese el chiste malo), pero no cuajó.
El jovenzuelo Tom, en cambio, entró de tapadillo como Vengador amateur y fue consolidando su apuesta película a película: "loser" de instituto mezclado con megavillanos, amigos con súper-recursos y tía May de muy buen ver.
Un escudero cómico (Jacob Batalon) y la chica adecuada (Zendaya) completaron el cóctel que nos servía Holland ya en sus títulos como protagonista. De este modo surfeó sobre la diversión sin charcos en la primera, naufragó en el viaje de fin de curso por Europa (es preocupante lo que les gusta destruir ciudades con auténtica solera a los de Hollywood), pero ha remontado de manera incontestable en esta tercera entrega de sus aventuras. Las tres las ha dirigido Jon Watts, un director sin apenas pasado. Ahora ya puede presumir de uno.
Este Spiderman lo tiene todo y a todos. Rescata el metaverso de la prodigiosa película de dibujos animados estrenada en 2018 (Spiderman, un nuevo universo), para ofrecernos un histórico apabullante de héroes arácnidos y villanos perfectamente frescos. Por no hablar del doctor Strange, que sigue sorprendiéndome como personaje cinematográfico (nunca lo creí capaz de salir del papel hasta que lo vi en manos de Benedict Cumberbatch). Evitaré mencionar la aparición más breve e impactante de la temporada super-heroica.
Spiderman me recuerda al Woody de los 80: todo el mundo quiere salir en sus pelis. Lo que significa contar con intérpretes de calidad máxima desde el principio: Dafoe, Molina, Tomei, Fox, Haden, Ifans, J.K. Simmons... Y no sigo, para no destripar todo lo que a estas alturas los aficionados al vecino Spidey deben saber.
Porque si no lo sabes, ya estás tardando en correr hasta el cine más próximo. Para más disfrute, tú también vas a ir enmascarado.