Mucho bueno se ha escrito sobre
esta película a la que he llegado tarde y, seguramente, con demasiadas expectativas.
La reputación de sutil, sentido y elegante retrato de la dificultad de un amor
lésbico en el EE UU años 50 (entre una mujer casada y con dinero y una joven
dependienta con cierta ambición artística), solo me parece fundada en lo que se
refiere a la elegancia.
La cámara capta la historia con
fluidez y buen gusto, es cierto, aunque el mérito me parece más de la dirección
artística y de fotografía que de Todd Haynes. Todo transcurre por los ambientes
previstos, entre grupos sociales bien definidos y aptos para la confrontación
pasional y maledicente. El problema es que la moderación narrativa en los
momentos dramáticos y sentimentales no se acompaña de verdades fuertes –ni originales-
de la época, de los personajes, de la comunidad.
Por detenernos solo en los focos que debieron ser los más golosos del conflicto: El novio de la joven se
desespera con cuatro lugares comunes poco elaborados; el marido de la pija se
comporta como un cornudo estándar y utiliza los líos de su esposa como si se
hubiese ligado a un maromo del club de campo; los suegros fingen y callan,
mientras se supone que presionan más que nadie sobre el matrimonio roto; la
amiga cómplice es un esbozo de personaje interesante al que no conoceremos,… Y así.
Las actrices protagonistas,
también muy elogiadas, a mí me parece que aquí se mantienen casi a piñón fijo. Cate
está bella y aristocrática, pero carece de los matices que un personaje como
ese requeriría (qué diferencia con su Blue Jasmine). Rooney Mara ofrece una vez
más su versión sosita, aunque el personaje tampoco dé para la simpatía y el arrebato.
Desde mi punto de vista, la
película confunde sutileza con superficialidad, no en el sentido frívolo, sino
en el de falta de hondura. En cuanto a los momentos íntimos, no hace falta
decir que Carol no es Adele. Paradójicamente, entre los pocos aciertos indiscutibles que ofrece la película, ese es el menos obvio.
... A mí, sin embargo, me parece que Carol hace una trilogía perfecta dentro de la filmografía de Todd Haynes junto a Lejos del cielo y la serie Mildred Pierce, convirtiéndole en un director que ha logrado encontrar nuevos caminos para un género: el melodrama puro y duro.
ResponderEliminarBeso
Hildy
Lo has clavao una vez mas maestro. Totalmente de acuerdo. PP
ResponderEliminarLo has clavao una vez mas maestro. Totalmente de acuerdo. PP
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