Maureen O´Hara será para siempre la irlandesa universal de pelo rojo, carácter endemoniado y pictórica belleza. Empezó con Hitchcock, protagonizó el mejor final del cine de Renoir, surcó mares piratas y ejerció de zíngara, pero sobre todo fue fordiana, el mejor pasaporte a la inmortalidad que se puede expedir en Hollywood.
Hoy Irlanda debería estar de luto.
El Cine lo está.
Buen viaje, Mary Kate.
domingo, 25 de octubre de 2015
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