No conocía a este director aunque
tenía buenas referencias de sus anteriores trabajos. Preguntaré por ahí, para
hacerme con ellos, porque MUD es de lo más grato que ha ofrecido la cantera
gringa para este verano que agoniza.
La historia, aparentemente
sencilla, es la de dos catorceañeros que van bastante a su aire en una
comunidad ribereña de la Norteamérica profunda (hay que ver qué profunda la
tienen, por cierto) y que ayudan a un fugitivo a tratar de reunirse con el amor
de su vida para largarse a mar abierto.
Historias adecuadas al país que
las patentó, con sus pueblos sin horizonte, sus moteles descarnados, sus rubias
de billar y sus pistoleros a sueldo.
Pero aquí no tenemos a un
Tarantino o a un Rodríguez deformando la realidad para obtener la risa cruel
del público, ni a un director estándar que lo cuente con mucha música de
jukebox y cámara lenta agarrada a los muslos de las tías y a los disparos de
los caza-recompensas.
Tenemos a un narrador que sabe de
la amistad adolescente, las dificultades del amor dentro y fuera de la familia,
la fragilidad de los héroes. Jeff Nichols se pone al servicio de su excelente
guión con una dirección sosegada, de las que se toma el tiempo idóneo para cada
cosa, mediante una docena de personajes, intérpretes escogidos y precisos y
unos buenos fuegos artificiales en el momento justo.
Me ha gustado mucho. Después de
verla entran ganas de navegar, aunque uno ya no sea tan joven.
Está curiosota esta película, sí
ResponderEliminarMe ha encantado Mud. Gracias por la recomendación.
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