Las finales de los campeonatos se disfrutan sobre todo cuando se acaban. Durante el tiempo real del partido, lo que se hace fundamentalmente es sufrir. Sufrir y ver faltas a porrillo. Y eso me ha pasado a mí con esta película amable, esforzada, bonita, bien interpretada y emocionante y graciosa a ratos. Que a pesar de salir encantado de haberla visto, mientras la veía me resultaban incómodas sus faltas.
Para mí fueron éstas: Algunas escenas hacían languidecer el ritmo, otras estaban estiradas más allá de lo aconsejable,... Pero, sobre todo, percibí un claro desaprovechamiento de la idea que se suponía premisa de la película: "una boda en España coincide con la primera final de un mundial jugada por la selección española de fútbol en toda su historia".
Lo cierto es que la final solo asoma a una trama ajena a ella en tres o cuatro momentos -bien escogidos, eso sí-, porque lo que la película cuenta no es cómo marcó la coincidencia de boda y final a la primera, sino la historia de cinco hermanos y sus dudas, sus debilidades y sus secretos, aireados durante esa jornada particular.
Ellas, guapas y desprejuiciadas (excelentes las tres actrices), más bien se dedican a esperar que ellos se aclaren. Y el resto de los invitados mira el fútbol, pero sin el terror ni la indignación que todos recordamos frente a la pantalla aquel día en que Holanda nos hinchó a patadas y pudo levantar la copa si Casillas no para sus ocasiones.
Curiosamente, como en un partido, estas pegas no afectan al resultado, y dependen en cierta medida de las expectativas que uno mismo se crea (igual que todos los aficionados llevan dentro un entrenador de fútbol, todos los críticos llevamos un director de cine). A pesar de ellas, La gran familia española tiene interesantes personajes muy bien interpretados, situaciones para entretener, divertir y emocionar, algunas secuencias de gran efecto y un buen puñado de gags, incluyendo algunos absolutamente memorables.
Aunque el fútbol cuente poco. O quizá cuente, pero cuando se acaba. Se gana en la prórroga, pero se gana. Y toda la familia se queda contenta. Este espectador, también.
pues a mí me parece que te ha decepcionado
ResponderEliminarpero voy a ir a verla, para salir de dudas
Sigo sin ver esta película por motivos geográficos, pero me hago una idea bastante clara de ella por lo que cuentas. Habiendo visto Primos, me cuadra.
ResponderEliminarMi duda es si esos borrones de los que hablas hubieran cambiado mucho la percepción no tuya, que sí, sino de ese público mainstream al que se supone que tiene como objetivo. Porque con Primos, la respuesta era no.
Un saludo, bueno leerte en otros barcos con más movimiento.
Pues no sé si afectará, compadre, pero para mí es un error de guión o de marketing y ya veremos si al público le reprocha alguno de ellos.
EliminarDe momento, este fin de semana La gran familia española fue la segunda más vista en España, después de la enésima destrucción de la Casa Blanca a manos de Roland Emmerich con su Asalto al poder.
Por cierto, de ésta Variety ha dicho que es "una amplia gama de combates y de destrucción a gran escala", o sea, Holanda en la final de Sudáfrica. Pero el cine español no tiene un Casillas que lo pare todo.