martes, 13 de noviembre de 2012

Contra el tiempo




Seis actores vivos y uno de cuerpo presente. Gente viajada y sabia, que rodó películas en un tiempo lejano lleno de westerns en coproducción, fanta-terror con escotes y serie B de cartelería para coleccionista.

Mujeres guapas envejeciendo con elegancia, galanes prematuros o tardíos, pero cómodos con su pasado, un aventurero gozoso de melena blanca y pitillo entre los dientes, un divertidísimo obispo sin Dios y una vieja leyenda de la que solo queda la estela de sus cien malvados en pantalla.

Siete personajes que son la auténtica piel del cine de consumo de los sesenta y los setenta. Aquel que se hacía en Almería con dinero italiano, protagonistas gringos, secundarios españoles  y unos equipos de producción que alternaban Babel y Babilonia. Cine para espectadores europeos de barrio y pop, un público voraz de matinales, programas dobles, besos robados y fila de los mancos. El cine de siempre, el que se vuelve escombro o rara joya, el de los cinéfilos kamikazes.


Supongo que uno de ellos es José Manuel Serrano Cueto, el director de esta película "contra el tiempo". Su amor por los actores que retrata es evidente, y las caratulas de películas que salen en primer plano deben ser de su colección privada.

La selección de intérpretes a reivindicar, aunque incompleta por motivos no deseados, es impecable: Lone Fleming podría ser la heroína de una novela de Harold Robbins y sus ojos siguen teniendo una belleza perturbadora. Ricardo Palacios se convierte ante el joven Antonio Mora en un Falstaff inesperado, al recordar los buenos tiempos de las malas películas con un verbo digno de Wilder, que dejaría en bragas a cualquier monologuista actual diciendo sólo verdades. Carlos Bravo es el ciudadano del mundo que habitaba en los textos de Conrad, envolviendo en humo su relato africano. Y Mabel EscañoAntonio Mayans o Fernando García Rimada, son actores de sorprendente filmografía y cuajada tranquilidad, conscientes de una vida en la que cada película fue un honor o un regalo, aun con desnudos exigidos en el guión.


El fantasma de Aldo Sambrell hace el número siete y deja al espectador con la intriga. Pero así es el cine. Lo era entonces y puede serlo ahora.

Contra el tiempo va también contra los tiempos y será un glorioso fracaso en taquilla. Animo a quien tenga libros y carteles de cine en casa a verla de inmediato. Se le ensanchará el alma.

4 comentarios:

  1. Esta peli es un homenaje cinéfilo a grandes actores olvidados del cien español. En el metraje algunos se comen la pantalla con sus anécdotas. Palacios es el mejor en esas lides...

    La parte mala: la escasez de ayudas, la pobre distribución, los problemas para dar a conocer una obra llena de valores estéticos y vitales en torno al cine. Vamos que en este país el que recuerda a los actores de reparto y la época de Samuel Broston está condenado a pelear mucho, si quiere que se le oiga algo.

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  2. Hombre, veo en el cartel que es un docu. Como para pagar entrada+IVA... Huele un poco a la 2.

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  3. 6 euritos nada más en Artistic MEtropol de Madrid a partir del 30 de noviembre.

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  4. Hubo un tiempo en que ese olor de la 2 era aroma. Por cierto, ayer pasó por aquí tu primo. Juas juas.

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