jueves, 29 de octubre de 2009
TRASH: Mujeres, corrección y previsibilidad
Aquí tenemos otro título de la hornada del Festival de Málaga que por fin se estrena en salas. Se trataba de una ópera prima y teniendo eso en cuenta no es poco mérito lucir un planten de actrices apabullante, en profesionalidad y en atractivo, pero además un actor con mucho gancho –siempre creíble- que es Jaenada. Del acabado técnico nada que objetar: se suma al reparto una perfecta luz fría para vestir mejor la insatisfacción, una fotografía granulada para las noches de coca… Mimbres muy útiles –casi de libro- para el género de vidas cruzadas en la ciudad contemporánea y moderna (donde, por cierto, gracias a las instituciones sabe catalán hasta el argentino que pasaba por allí, con agradecimiento incluido y expreso a la Generalitat, joder con el product placement…).
El resultado cinematográfico es correctísimo de factura, pero agotador por su recurso al tópico, escena tras escena, giro de guión tras giro de guión. Cada paso se ve venir desde lejos y cuando la coherencia conduce a un buen desenlace, ya es un poco tarde y todo parece prolongarse demasiado restándole fuerza. Es una pena, porque el desenlace es lo mejor de la historia. (Ojo, y no porque con él la película se acabe).
domingo, 25 de octubre de 2009
Vivir rodando con dos cojones (o un pene)
En cinco minutos, una gran película con un pequeño personaje.
Si la cosa funciona
Yo creo que eso mismo debió pensar Woody Allen cuando rescató este guión que, por lo que he oído, tenía ya escrito en los años 70. Lo descubriría en el cajón de una mesa arrumbada en el sótano y después de echarle un ojo decidió hacerla: Si la cosa funciona…
Y la verdad es que sí funciona. La peli es muy divertida, porque todas las obsesiones, las fobias y los tics de Allen están presentes, metidos en unos diálogos brillantes que son marca de la casa. El problema viene también de ahí, porque todo suena un poco visto: que el protagonista sea mayor, tirando a misántropo, hipocondríaco perdido… Que haya una jovencita aparentemente tonta, cuando en realidad es poco instruida, pero más lista que el hambre. Los ambientes parodiados de la clase alta intelectual de Nueva York, el ego en primer plano del protagonista, los amigos de café…
En fin, son los recursos habituales de las comedias newyorkinas de Allen. Afortunadamente, varios personajes con los que no contabas van apareciendo en la película en los momentos justos y, aunque la poca verosimilitud que queda en la historia se hace añicos, el conjunto gana en cachondeo una barbaridad.
Los seguidores de Woody la disfrutarán porque es el regreso a sus claves más personales. Y los que no sean demasiado seguidores, pero les guste el discurso corrosivo y las chicas guapas, que también vayan a verla, porque están más cerca de Allen de lo que creen.
Y la verdad es que sí funciona. La peli es muy divertida, porque todas las obsesiones, las fobias y los tics de Allen están presentes, metidos en unos diálogos brillantes que son marca de la casa. El problema viene también de ahí, porque todo suena un poco visto: que el protagonista sea mayor, tirando a misántropo, hipocondríaco perdido… Que haya una jovencita aparentemente tonta, cuando en realidad es poco instruida, pero más lista que el hambre. Los ambientes parodiados de la clase alta intelectual de Nueva York, el ego en primer plano del protagonista, los amigos de café…
En fin, son los recursos habituales de las comedias newyorkinas de Allen. Afortunadamente, varios personajes con los que no contabas van apareciendo en la película en los momentos justos y, aunque la poca verosimilitud que queda en la historia se hace añicos, el conjunto gana en cachondeo una barbaridad.
Los seguidores de Woody la disfrutarán porque es el regreso a sus claves más personales. Y los que no sean demasiado seguidores, pero les guste el discurso corrosivo y las chicas guapas, que también vayan a verla, porque están más cerca de Allen de lo que creen.
The frost (la escarcha)
Como ya os comenté cuando la película concurrió en Málaga, mi madre suele decir que para algunas películas de Bergman no basta con ser sueco, además tienes que ser de la familia, para que te lo explique. Y aquí sólo tenemos de guía la sinopsis del periódico y alguna entrevista de suplemento.
Aunque os prometiese un poco más de coñita en el blog tampoco vamos a volvernos crueles. Porque, además, a las influencias bergmanianas hay que añadir que el material de base de La escarcha es de Ibsen. Por desgracia, Ibsen no era guionista y el guionista no es Ibsen. Y así pasa: los escenarios son apabullantes y el reparto, aunque raro, muy competente. Pero de Ibsen y Bergman sólo hay hallazgos esporádicos, unas pocas frases estupendas dispersas por el metraje, algún momento impactante,… y la capacidad teatral de Aitana, que en inglés pone más.
Resulta irritante ver una historia que, pudiendo ser comprensible y estremecedora a las claras, introduce claves para incrementar la sensación de catarsis y emborronar la lectura directa. El espectador más predispuesto se queda con la impresión de que “entre líneas” hay algo que se le escapa y que debe ser intelectualmente brillante.
Hace mucho que no leo a Ibsen, pero en esta adaptación juraría que entre líneas sólo está el blanco, el vacío... la escarcha.
sábado, 24 de octubre de 2009
Comentarios sobre el humor
viernes, 23 de octubre de 2009
Originalidades de aquí y de allá
Oímos con enorme frecuencia que en las películas españolas siempre cuentan lo mismo y de manera similar. Veamos algunos elementos recurrentes de la competencia, por cortesía de la ya desaparecida web Ciberteo. El documento original se titulaba "Cosas que no sabrías si no fuese por las películas estadounidenses" y es un clásico de la red.
RESPECTO AL CINE DE ACCIÓN
- En toda investigación policial que se precie, es necesario visitar como mínimo un club de striptease.
- Si alguien te persigue por el centro de la ciudad, siempre puedes quitártelos de encima ocultándote entre los participantes del desfile del día de San Patricio, sea cual fuere la época del año.
- Es fácil pilotar un avión y aterrizar con él si hay alguien en la torre de control que pueda dirigir la operación por radio.
- Los sistemas de ventilación de los edificios son el escondite ideal: a nadie se le ocurrirá mirar en ellos y sirven, además, para desplazarse hasta cualquier parte del edificio sin dificultad.
- Las bombas van equipadas con temporizadores que tienen pantallas con grandes números rojos para que uno sepa cuándo van a estallar.
- No importa si tus enemigos te superan en número durante una pelea de artes marciales: te atacarán de uno en uno, mientras esperan, con gesto agresivo, a que vayas acabando con sus compañeros.
- Un hombre no se inmuta mientras recibe una paliza de campeonato, pero se queja cuando una mujer intenta limpiarle las heridas.
- Si se ve en algún momento un vidrio de considerables dimensiones (sobre todo si lo llevan dos hombres) es que alguien va a atravesarlo en breves instantes.
- El comisario de policía siempre destituirá a su detective preferido, o le dará 48 horas para terminar el trabajo.
- Un detective sólo resuelve un caso cuando ha sido destituido o despedido.
- Las comisarías de policía someten a sus agentes a exámenes de personalidad para que tengan como compañero de patrulla a otro que es justamente lo opuesto a él.
- En cuestión de segundos, no hay cerradura que se resista si uno tiene a mano una tarjeta de crédito o un clip, a menos que sea la única puerta de acceso a una casa en llamas con un niño atrapado dentro.
- En los noticiarios de televisión siempre dan una noticia que tiene relación directa con uno mismo en ese preciso momento.
- Cuando el malo caza al bueno siempre le da tiempo contándole su maléfico plan para que se desate o su amigo negro o su novia rubia le salve.
RESPECTO AL CINE BÉLICO
RESPECTO AL CINE BÉLICO
- Es muy probable que sobrevivas a cualquier batalla, a menos que cometas el error de enseñarle a alguien una foto de tu novia poco antes del fregado.
- Si tienes que hacerte pasar por un militar alemán, no es necesario hablar el idioma; con tener acento alemán bastará.
RESPECTO AL CINE ROMÁNTICO
RESPECTO AL CINE ROMÁNTICO
- La torre Eiffel se puede ver desde cualquier ventana de París.
- Si decides ponerte a bailar en la calle notarás que todo el mundo que te rodea conoce los pasos.
- Cuando el chico se declara a la chica hay un montón de desconocidos preparados para aplaudir.
RESPECTO A LA VIDA COTIDIANA
- Si tienes que pagar un taxi, no busques un billete en la cartera: saca lo que tengas en el bolsillo al azar. Siempre será el importe exacto.
- Las cocinas no tienen interruptores de luz. Si entras en una cocina de noche, deberás abrir el frigorífico e iluminarte con la luz interior.
- Siempre es posible aparcar delante del edificio al que se va de visita.
- Toda persona que sufra una pesadilla, se incorporará de golpe en la cama y jadeará sudorosa.
- Todas las bolsas de la compra del supermercado deben contener, como mínimo, una barra de pan que sobresalga un poco.
- No es necesario decir "Hola" ni "Adiós" cuando se empieza o termina cualquier conversación telefónica.
- Todas las mañanas, las madres siempre cocinan huevos, tocino y gofres para la familia, aunque su marido y sus hijos no tengan tiempo para comérselos.
RESPECTO A LA POLÍTICA
- Si la ciudad se ve amenazada por un desastre natural o algún tipo de monstruo, la principal preocupación del alcalde será siempre la futura feria de comercio o la inminente temporada de verano.
RESPECTO A LA TECNOLOGÍA
- Casi cualquier computadora portátil tiene suficiente potencia para acabar con el sistema de comunicaciones de una civilización extraterrestre invasora.
- Los procesadores de textos nunca tienen cursor, pero siempre se abren con una pantalla que dice: "Introduzca la contraseña".
Y por no seguir con la coña (se admiten contribuciones a la lista en la sección comentarios), la moraleja es que el cine, como pasa en cualquier arte narrativo, es un lenguaje de clichés, independientemente de que estos sean universales o locales.
Es la ruptura con ellos, su renovación o su dosificación inteligente lo que hace que ciertas películas destaquen sobre el resto en calidad. Vengan de donde vengan.
P.D: La foto es otro cliché.
jueves, 22 de octubre de 2009
El señor de los anillos, por otros directores
Acabo de rescatar esta gamberrada de la red. Interesante ejercicio humorístico-cinéfilo de autor/es desconocido/s que invita a reflexionar sobre la capacidad de penetración del cine de Hollywood y sus clichés en el espectador medio de cualquier país occidental, ese que presume de cinematografía propia y acuña de modo automático referentes genuinamente americanos.
Aquí está la prueba:
Idea original:
Aquí está la prueba:
Idea original:
Ya conocemos la peli basada en el primer libro: Bilbo Bolsón deja un anillo a su sobrino Frodo, que junto a otros hobbits parte hacia Rivendel, y allí se junta la Compañía de los Nueve, con Gandalf y todo. Y parten para destruir el anillo, y pasan por minas Moria, y llegan al bosque de Lorien, y luego la Compañía se deshace.
Versión John Ford:
Los hobbits miden dos metros, beben whisky y cantan canciones irlandesas. Los orcos llevan plumas en la cabeza. Elrond tiene un rancho. Arwen le remienda los calzoncillos a Aragorn mientras le echa la bronca, y Sauron es abstemio.
Versión Quentin Tarantino:
Los orcos llevan traje negro y gafas oscuras. El puto anillo de mierda se lo van a meter por el culo a ese negrata cabrón de Sauron. Harvey Keitel interpreta a Gandalf.
La versión Robert Rodríguez:
Es igual que la versión de Tarantino, pero Antonio Banderas interpreta a Frodo.
Versión John Woo
Versión John Ford:
Los hobbits miden dos metros, beben whisky y cantan canciones irlandesas. Los orcos llevan plumas en la cabeza. Elrond tiene un rancho. Arwen le remienda los calzoncillos a Aragorn mientras le echa la bronca, y Sauron es abstemio.
Versión Quentin Tarantino:
Los orcos llevan traje negro y gafas oscuras. El puto anillo de mierda se lo van a meter por el culo a ese negrata cabrón de Sauron. Harvey Keitel interpreta a Gandalf.
La versión Robert Rodríguez:
Es igual que la versión de Tarantino, pero Antonio Banderas interpreta a Frodo.
Versión John Woo
(no es estadounidense, pero sus películas sí):
Todas las tramas argumentales quedan olvidadas a favor de una: Aragorn y Boromir tienen una relación de rivalidad basada en el honor. En las luchas todos saltan a cámara lenta mientras lanzan flechas, dagas y hachas arrojadizas, girando sobre sí mismos. En varias ocasiones dos personajes quedan frente a frente apuntándose con un arma en la cara o cuello a la vez.
Versión Steven Seagal:
Frodo Bolsoni, un policía italoamericano amante de su familia y la vida hogareña, descubre que el anillo herencia de su abuelo perteneció al jefe del cártel de Medellín, y que dentro tiene un chip capaz de controlar todos los satélites de EEUU. La Compañía de los Nueve está formada por antiguos camaradas de la CIA/DEA/Delta Force. La forma de destruir el Anillo Único es metérselo por el ojo a Don Sauro e incrustárselo en el fondo del cráneo. Saruman el Blanco se dedica a refinar coca, y los orcos hablan español.
Todas las tramas argumentales quedan olvidadas a favor de una: Aragorn y Boromir tienen una relación de rivalidad basada en el honor. En las luchas todos saltan a cámara lenta mientras lanzan flechas, dagas y hachas arrojadizas, girando sobre sí mismos. En varias ocasiones dos personajes quedan frente a frente apuntándose con un arma en la cara o cuello a la vez.
Versión Steven Seagal:
Frodo Bolsoni, un policía italoamericano amante de su familia y la vida hogareña, descubre que el anillo herencia de su abuelo perteneció al jefe del cártel de Medellín, y que dentro tiene un chip capaz de controlar todos los satélites de EEUU. La Compañía de los Nueve está formada por antiguos camaradas de la CIA/DEA/Delta Force. La forma de destruir el Anillo Único es metérselo por el ojo a Don Sauro e incrustárselo en el fondo del cráneo. Saruman el Blanco se dedica a refinar coca, y los orcos hablan español.
martes, 20 de octubre de 2009
Cine español versus cine de Hollywood
sábado, 17 de octubre de 2009
Yo, también
Cuando un par de tipos, de los que nadie había oído hablar fuera del circuito de cortometrajes, cogen la historia de un hombre con síndrome de Down y le meten a Lola Dueñas y una banda sonora de la cantera de Elefant Records, es que lo tienen claro: Van a clavarte a la butaca.
Y lo hacen.
Daniel es todo un personaje, vital y cinematográfico. Sus deseos, los de cualquier persona a su edad: desenvolverse en el trabajo, seguir la liga de su deporte favorito, cultivar sus aficiones y tener una pareja con quien compartir todo eso. Y aquí tenemos a Laura, un desastre de tía que se defiende como puede, dando tumbos de copa en copa, de ligue en ligue, de norma en norma. Sólo necesita una oportunidad, un afecto sincero, una sonrisa cómplice. Exactamente lo que le ofrece Daniel. Pero Daniel tiene el síndrome de Down y ella no. La película está servida y recorre los ambientes particulares y compartidos de ambos, se marca un par de tópicos, rompe otros cuantos, enfoca hacia familiares sensatos (los de Daniel) o despreciables (los de Laura), se ríe de la sobreprotección y a la vez la disculpa, la canaliza. Y por encima de todo, suena la música mientras unas manos regordetas aprietan un bote de crema solar, dibujando sobre la espalda ciega de la amada un enorme y hermoso corazón...
Lo demás no importa demasiado: las historias paralelas de la escuela de danza o del secreto terrible que agoniza en Madrid, el sueño erótico desentonando sobre el resto (único patinazo llamativo de la cinta), hasta el portero de discoteca haciendo lo que suele apenas añade nada.
La película, la gran historia, son Daniel y Laura, Pineda y Dueñas derrochando autenticidad, coña fina, desgarro y emoción. Se encienden las luces de sala y querrías tenerlos por amigos para tomar junto a ellos unas cervezas y trasladarles una opinión afin:
- ¿Creéis que la vida se pone a veces muy cabrona, pero hay que ser optimistas? Yo, también.
viernes, 16 de octubre de 2009
Vivir rodando en New York
Jorge debe haberse terminado mi libro, porque ha empezado a moverse. Quizá lo ha enviado por Pony Express a la Biblioteca del Congreso, lo ha dejado como propina en el restaurante de Robert De Niro o se lo ha prestado al simpático japonés que le sacó la primera foto newyorkina...
El caso es que ya está rodando. Ha cruzado el puente de Brooklyn y eso cambia las cosas, se mire por donde se mire. Y si queda alguna duda, aquí están las primeras imágenes de su peli-en-píldoras, de la que seguiremos hablando a medida que progrese. Espero su propia crónica para poneros al día y la dirección web donde podreís seguir sus peripecias sin intermediarios.
miércoles, 14 de octubre de 2009
Parafraseando a Redford
¿Os acordáis de ese momento en el que Bobby, encarnando al cazador Denys Finch Hatton de Memorias de África, se presenta en la granja de su amada con un gramófono y unos discos de Mozart? Sus palabras, incisivas y precisas, son:
- Mire, por fin han inventado algo útil.
Salvando las distancias entre el gramófono e Internet (y entre Redford y yo), me alegra comunicaros, granjeras y cazadores míos, que por fin han inventado algo útil nuevamente.
Se llama http://www.adnstream.tv/ y tiene una colección de películas que puedes ver directamente en el ordena, legalmente y gratis. Echad un vistazo: sagas de culto, clásicos contundentes, Hitchcock en su etapa británica, vanguardia con piezas firmadas por Man Ray o Duchamp o Rene Clair o Welles, terror psicotrónico, bélica de serie B, películas de Bruce Lee, la primera de Tarantino, cine español descatalogado… un buen montón de joyas, camufladas entre la morralla, para quien sepa buscar.
Nada, nada, no hay por que darlas.
Con un paseito en avioneta o un relato junto a la chimenea (al pie de las colinas de Ngong), me doy por pagado.
- Mire, por fin han inventado algo útil.
Salvando las distancias entre el gramófono e Internet (y entre Redford y yo), me alegra comunicaros, granjeras y cazadores míos, que por fin han inventado algo útil nuevamente.
Se llama http://www.adnstream.tv/ y tiene una colección de películas que puedes ver directamente en el ordena, legalmente y gratis. Echad un vistazo: sagas de culto, clásicos contundentes, Hitchcock en su etapa británica, vanguardia con piezas firmadas por Man Ray o Duchamp o Rene Clair o Welles, terror psicotrónico, bélica de serie B, películas de Bruce Lee, la primera de Tarantino, cine español descatalogado… un buen montón de joyas, camufladas entre la morralla, para quien sepa buscar.
Nada, nada, no hay por que darlas.
Con un paseito en avioneta o un relato junto a la chimenea (al pie de las colinas de Ngong), me doy por pagado.
martes, 13 de octubre de 2009
La habitación de Elías
Emma, una realizadora que habla fuera del plano, le cuenta a Ana, la actriz que va a encarnarla en pantalla, el planteamiento de su película: será la historia de un viaje a Tattiouine, pequeño pueblo del Atlas en Marruecos, donde su padre (primero fotógrafo y con el tiempo documentalista) recalaba una y otra vez como quien vuelve a Innesfree.
En realidad, la película ya ha empezado con esa explicación de su argumento, en la que Emma le cuenta a Ana el porqué de ese viaje y de la película misma, mostrándole los recuerdos que atesora de Elías, muchos de ellos encontrados en su habitación de Tattiouine durante el verdadero viaje que ella ya hizo y que se disponen a recrear ahora con una actriz interpuesta.
La reunión termina en acuerdo y la realizadora se muestra a cámara por primera vez, ilusionada ante el proyecto. Es importante que podamos verla y oírla, porque aparecerá o hablará en varios momentos del film, de forma significativa.
Ana, interpretando a Emma, comienza su viaje en un avión, aterriza en Marruecos, pasa la aduana (la voz de Emma disculpándose por rodar en el aeropuerto nos recuerda de nuevo la simulación sin trampa), llega a un hotel de Fez, pregunta en el zoco por el pequeño pueblo, recala en un taxista demasiado vivo, se desorienta por el dédalo de callejuelas de la ciudad, sube a un autobús... Es quizá la parte más convencional y, por eso, débil de la película.
Pero al llegar al sur y encontrarse con Moha, el muchacho que va y viene de Tattiouine uniéndolo con el mundo, la película se dispara hacia la belleza más esencial. Por tercera vez, oímos la voz de la realizadora tras su cámara, pidiéndole a Moha un momento para decirle lo que debe hacer al encontrarse con la actriz que la representa. No escucharemos sus instrucciones, pero la escena inmediatamente posterior nos permite adivinarlas. Moha hace frente a la actriz lo mismo que hizo frente a Emma en su día: enterarse de que es la hija de Elías y abrazarla con emoción.
Emma/Ana avanza ya por los caminos del Atlas en la camioneta de Moha y suena Aïcha de Kahlèd para abrirnos a un paisaje de optimismo donde el Marruecos del tópico se desmoronará ante nuestros ojos. Tattiouine es un pueblo sin engaños donde gente sencilla vive, sueña, baila y acoge a la hija de aquel visitante exótico y frecuente ahora fallecido. Todos tienen recuerdos de él y de su cámara, que vuelve a retratarles en manos de Emma (la propia Emma o Ana haciendo de Emma). Las mujeres, los ancianos, los niños, los cabezas de familia posan sin actuación ni azoramiento, y las imágenes incrementan su intensidad. Algunos momentos de este tramo de la película demuestran una sensibilidad extrema: el baño de la mujer y la niña, su intercambio de palabras en el idioma del otro, la proyección de las cintas de Elías para todo el pueblo…
Y aunque esas maravillas destacando clamorosamente te permitan cuestionar la fuerza del conjunto, hay un último cartucho esperando aún para dejarnos sin aliento. El viaje ha concluido y Ana interpretando a Emma tiene que despedirse de sus amigos de Tattiouine uno por uno. La niña irrumpe en el último instante, como si hubiera decidido abrazar a su amiga cuando casi iba a perder la oportunidad. Lo hemos visto en otras películas, es cierto. Pero mientras la pantalla muestra el adiós de Hadda, una marroquí de diez años, agitando tristemente la mano en mitad del camino, oímos una vez más a Emma: su sollozo contenido tras la cámara, la vibración no prevista de la imagen, la cámara que deja de aguantar el plano y baja con el brazo conmovido hacia el suelo pedregoso de los pueblos del Atlas.
He visto pocos finales tan contundentes. Y aunque el dvd será probablemente imposible de encontrar, o precisamente por eso, quería compartirlo con vosotros. Los que vivís rodando.
lunes, 12 de octubre de 2009
Lecturas de New York
Mi amigo Jorge, recién llegado a New York para pasar una temporadita, se llevó bajo el brazo un ejemplar de Tiene Delito, mi libro de cine. Pactamos que se haría una foto con el puente de Brooklyn al fondo, en el banco donde se sientan Woody y Diane para ver salir el sol de su barrio favorito.
Pero uno puede vivir durante décadas con un mito equivocado. Según me cuenta el nuevo newyorkino, el puente que aparece en la peli de Manhattan es el de Queensboro, el que une Manhattan con Queens. Por allí estuvo hace un par de días, buscando el lugar que aparece en el cartel, "que puede que sea desde el lado de Queens... pero ponte tú a buscar el banco”
Así que, como está viviendo en Brooklyn y ve Manhattan desde allí, ayer se fue al Brooklyn bridge park, en un barrio muy chulo que se llama Dumbo, y ahí se sentó y, según cuenta, un amable chaval japonés le ha hecho la foto, con el Manhattan Bridge detrás. En sus propias palabras “ evidentemente, la foto tengo que pasártela en blanco y negro, si no, de qué estamos hablando???”
La cinefilia tiene sus ritos. Un saludo, brother. Pásatelo en grande.
Pero uno puede vivir durante décadas con un mito equivocado. Según me cuenta el nuevo newyorkino, el puente que aparece en la peli de Manhattan es el de Queensboro, el que une Manhattan con Queens. Por allí estuvo hace un par de días, buscando el lugar que aparece en el cartel, "que puede que sea desde el lado de Queens... pero ponte tú a buscar el banco”
Así que, como está viviendo en Brooklyn y ve Manhattan desde allí, ayer se fue al Brooklyn bridge park, en un barrio muy chulo que se llama Dumbo, y ahí se sentó y, según cuenta, un amable chaval japonés le ha hecho la foto, con el Manhattan Bridge detrás. En sus propias palabras “ evidentemente, la foto tengo que pasártela en blanco y negro, si no, de qué estamos hablando???”
La cinefilia tiene sus ritos. Un saludo, brother. Pásatelo en grande.
viernes, 9 de octubre de 2009
Ágora
Será muy difícil para el espectador de taquilla sustraerse en la valoración de esta película a los titulares que la preceden: "la más cara", "con estrellas internacionales", "feminista", "la razón contra la intrasigencia religiosa"...
Todo eso está ahí pero, afortunadamente, la película lo sobrevuela con su resultado en pantalla. Hay dinero, hay una gran mujer atípica para su época encarnada por la bella Rachel, y un discurso donde el fanatismo es el villano y el conocimiento el mártir. Pero todo está bien contado, con claridad y sentido del espectáculo. Un poco al estilo de Spielberg, que le pone brocha gorda a la tesis de partida y pincel a los detalles.
Una carencia llamativa, no sé si intencionada, es la falta de mujeres entre los secundarios. Si sólo había una mujer en Alejandría y no le iba el sexo, aquello no podía terminar bien...
Aún así, creo que el guión es bastante sólido salvo en algunos aspectos relativos a la evolución de los personajes. Sobre todo, en lo que se refiere al esclavo, que pasa con precipitación del interés por la ciencia (provocado por la admiración/amor hacia su ama) al garrulismo oscurantista de las gentes de un sólo libro, que son los talibanes de cualquier época y lugar. A Orestes le veo dibujado con más precisión, es un romano instruido pero decadente que piensa que su cuna y el sillón con leones en el que se sienta bastan para mandar sobre un hervidero de odios como el que tiene alrededor y sólo su pasión no correspondida por Hipatia le hace mojarse. Me parece creíble.
Dicen que entre la versión de Cannes y la que estrenó aquí hay 15 minutos de tijeretazo. Nunca sabremos si ahí están los minutos que dan más fluidez a la motivación/evolución de cada personaje.
Pero hay que reconocer que Amenábar tiene mucho talento. Y algunos momentos son de clásico:
- Rescatando rollos en la biblioteca: Hipatia "coge sólo los libros importantes, deja las obras menores" - Discípulo "¿cuáles son las obras menores?"
Aún así, creo que el guión es bastante sólido salvo en algunos aspectos relativos a la evolución de los personajes. Sobre todo, en lo que se refiere al esclavo, que pasa con precipitación del interés por la ciencia (provocado por la admiración/amor hacia su ama) al garrulismo oscurantista de las gentes de un sólo libro, que son los talibanes de cualquier época y lugar. A Orestes le veo dibujado con más precisión, es un romano instruido pero decadente que piensa que su cuna y el sillón con leones en el que se sienta bastan para mandar sobre un hervidero de odios como el que tiene alrededor y sólo su pasión no correspondida por Hipatia le hace mojarse. Me parece creíble.
Dicen que entre la versión de Cannes y la que estrenó aquí hay 15 minutos de tijeretazo. Nunca sabremos si ahí están los minutos que dan más fluidez a la motivación/evolución de cada personaje.
Pero hay que reconocer que Amenábar tiene mucho talento. Y algunos momentos son de clásico:
- Rescatando rollos en la biblioteca: Hipatia "coge sólo los libros importantes, deja las obras menores" - Discípulo "¿cuáles son las obras menores?"
- Hipatia a su antiguo alumno Sinesio, explicándole que él, como hombre de fe, no puede tener dudas, mientras que ella, mujer de ciencia, tiene que dudar.
- Orestes pidiendo a Hipatia que se convierta, porque sin ella no podrá ganar a Cirilo. "Orestes, él ya ha ganado".
En cuanto a la factura de superproducción, la tiene como la que más. Se ha gastado bien la pasta sin emborracharse con ella. Respecto al trabajo digital, me parece sobresaliente, porque apenas se nota.
En cuanto a la factura de superproducción, la tiene como la que más. Se ha gastado bien la pasta sin emborracharse con ella. Respecto al trabajo digital, me parece sobresaliente, porque apenas se nota.
En fin, que cuántos quisieran. O lo que es lo mismo: le van a despedazar.
miércoles, 7 de octubre de 2009
El preestreno del año
Ayer estuve en el preestreno de Ágora, la esperadísima superproducción de Amenábar. Había ambientuqui en las escalinatas de los Kinépolis, a qué negarlo. Alfombra roja a todo pasto, antorchas en ascenso, estatuas alejandrinas de una cartón piedra más que resultón, faro mítico a escala 8/10,… Y astros de diferente importancia cósmica o social.
Allí estaba por ejemplo el alcalde de Madrid recibiendo olímpicos abrazos de pésame que, como se prolonguen unos días más, le obligarán a un bando municipal aclarándole a la tropa que no se le ha muerto su abuela. Algún ministro en activo, algún ex ministro glotón, algún vice despistado, un poquito de oposición en su versión más beautiful… Y gente guapa de oficio y de relleno (a lo mejor no, pero es que lo del corazón lo tengo atrasadísimo). Naturalmente, los fotógrafos se hincharon. Caramba, no había visto tanto fotógrafo desde la fiesta escolar de mis hijas, aunque estos eran más jóvenes y profesionales.
Como es lógico, fue también mucha gente de cine: El reparto en pleno (bellísima Rachel), Jose Luis Cuerda (el primer padrino de Alejandro), Miguel Bosé, Mariano Barroso, Ana Milán, Alaska, Javier Cámara,… la lista es larga pero no tiré de libreta, pues también había que cazar canapés y no estaba fácil. Un amigo entrenado calificó el catering de cumpleaños infantil (por seguir con las analogías paternofiliales), pero siendo un poco más benévolos digamos que estaba más en la línea de la facción cristiana y oscurantista del Ágora que de las decadentes delicias imperiales de la Biblioteca.
Allí estaba por ejemplo el alcalde de Madrid recibiendo olímpicos abrazos de pésame que, como se prolonguen unos días más, le obligarán a un bando municipal aclarándole a la tropa que no se le ha muerto su abuela. Algún ministro en activo, algún ex ministro glotón, algún vice despistado, un poquito de oposición en su versión más beautiful… Y gente guapa de oficio y de relleno (a lo mejor no, pero es que lo del corazón lo tengo atrasadísimo). Naturalmente, los fotógrafos se hincharon. Caramba, no había visto tanto fotógrafo desde la fiesta escolar de mis hijas, aunque estos eran más jóvenes y profesionales.
Como es lógico, fue también mucha gente de cine: El reparto en pleno (bellísima Rachel), Jose Luis Cuerda (el primer padrino de Alejandro), Miguel Bosé, Mariano Barroso, Ana Milán, Alaska, Javier Cámara,… la lista es larga pero no tiré de libreta, pues también había que cazar canapés y no estaba fácil. Un amigo entrenado calificó el catering de cumpleaños infantil (por seguir con las analogías paternofiliales), pero siendo un poco más benévolos digamos que estaba más en la línea de la facción cristiana y oscurantista del Ágora que de las decadentes delicias imperiales de la Biblioteca.
Sonará un poco snob, pero estas cosas, cuando se llevan unos cuantos prestrenos en la culata del colmillo, cobran su importancia.
De todos modos, se trataba sobre cualquier otro reclamo de ver la película de los 50 millones de euros. Así que salimos de la zona vip por donde nos habíamos colado y enfilamos hacia el patio de butacas. Todas las salas estaban a tope y con los mejores asientos reservados. Quizá por eso, Amenábar tuvo la deferencia de pasarse por allí a desearnos una experiencia celeste y al fin, cuando el culo empezaba a quejarse, empezó la peli.
De eso hablaremos luego, que he quedado con mi Hipatia particular.
lunes, 5 de octubre de 2009
El secreto de sus ojos
Campanella y su pandilla han vuelto para hacer otra gran película, más en la línea de calidad de El hijo de la novia y El mismo amor - la misma lluvia que en la de Luna de Avellaneda. Las tres mencionadas comparten, además de director, otro elemento humano que convierte cualquier historia en algo digno de verse. Se trata de Ricardo Darín, un actor descomunal que, como Robert Mitchum o Alfredo Landa, está siempre soberbio, sea cual sea el material con el que trabaje.
Esta nueva entrega de los argentinos, El secreto de sus ojos, es un buen material. Se mete por otra senda, la de la intriga criminal sazonada de romance imposible, pero lo hace sin renunciar por ello a las relaciones personales entrañables, al amigo desastroso (está vez no es Eduardo Blanco sino Guillermo Francella), al diálogo tragicómico y al pulso social preciso, que para la ocasión retrata la Argentina en fase de descomposición moral previa al golpe militar de los setenta.
La historia, que tiene sus debilidades, se sigue hipnóticamente gracias al pulso del director, las interpretaciones ajustadas (siempre se habla de la escuela inglesa, pero joder con los actores argentinos) y la atmósfera de la cinta. De paso, Campanella nos obsequia con tres secuencias brillantísimas que demuestran lo mismo la espectacularidad posible en producciones no hollywoodienses que la importancia de una idea de guión o de una actriz entregada a su propia furia. Hablamos de la cazería en el estadio de fútbol, de las cartas leídas en el bar y del interrogatorio del juzgado.
Y para no hablar más, ni de más, vayan a verla. De suspenses trillados está la cartelera llena todos los días del año. Cuando se estrena uno realmente bueno, no tiene perdón dejarlo escapar.
Esta nueva entrega de los argentinos, El secreto de sus ojos, es un buen material. Se mete por otra senda, la de la intriga criminal sazonada de romance imposible, pero lo hace sin renunciar por ello a las relaciones personales entrañables, al amigo desastroso (está vez no es Eduardo Blanco sino Guillermo Francella), al diálogo tragicómico y al pulso social preciso, que para la ocasión retrata la Argentina en fase de descomposición moral previa al golpe militar de los setenta.
La historia, que tiene sus debilidades, se sigue hipnóticamente gracias al pulso del director, las interpretaciones ajustadas (siempre se habla de la escuela inglesa, pero joder con los actores argentinos) y la atmósfera de la cinta. De paso, Campanella nos obsequia con tres secuencias brillantísimas que demuestran lo mismo la espectacularidad posible en producciones no hollywoodienses que la importancia de una idea de guión o de una actriz entregada a su propia furia. Hablamos de la cazería en el estadio de fútbol, de las cartas leídas en el bar y del interrogatorio del juzgado.
Y para no hablar más, ni de más, vayan a verla. De suspenses trillados está la cartelera llena todos los días del año. Cuando se estrena uno realmente bueno, no tiene perdón dejarlo escapar.
jueves, 1 de octubre de 2009
PRESTIGIO, TAQUILLA, MERCADO Y HUEVOS
Se ha hecho oficial la candidata española a los Oscar (preselección antes del corte que las deja en cuatro o cinco de todo el mundo) y es El baile de la victoria, de Fernando Trueba. Si la película se hubiera estrenado ahora mismo, esa sola noticia hubiera atraído un buen puñado de espectadores a las salas, aunque supongo que la campaña de noviembre (cuando va a estrenarse), lo aprovechará debidamente como debe aprovechar también, que lo hará, los dos pesos pesados que ostenta en sus créditos: Trueba y Darín. No la he visto aún, pero con esos mimbres no será mala y a lo mejor hasta se encarama al pequeño pelotón de cabeza en el que todas llevan el marchamo de gran película.
¿Hará dinero? ¿Cuánto dinero puede hacer en España una película con el tirón de ésta? ¿Cuántos países más la estrenarán, que puedan darle recorrido extra en taquilla? Ese, para esta película y las demás de nuestro cine, es el secreto mejor guardado de la industria y a lo mejor convendría empezar a divulgarlo, en caso de que el cine español realmente se aprecie más fuera que en España (festivales aparte). Sería una medida bastante higiénica para decirle al espectador de aquí que en otras tierras se puede ser profeta y que a lo mejor debemos plantearnos que lo propio también merece por nuestra parte una oportunidad.
En cualquier caso, el año 2009 -antes de que salgan los resultados de nuestra recaudación (lo que deja Hollywood)-, no va mal:
Ha estrenado Almodóvar, que siempre cosecha prestigio y taquilla (o sea, críticas feroces).
Han surgido dos taquillazos inesperados, sin demasiado prestigio pero con pegada entre un público que no se puede despreciar, aficionado a películas como Mentiras y gordas y Fuga de cerebros.
La película japonesa de Coixet, aunque cuestionable (como casi todas las suyas), se ha defendido y supongo que lo hará fuera aún mejor (insisto: ¿no sería noticia dónde se estrena, qué éxito tiene?).
Pagafantas ha sido la peli española del verano para crítica y público, lo que significa un par de millones de euros de recaudación aprox., y parece exportable a cualquier país del mundo (¿lo está siendo? ¿no hay Pagafantas y bellas e insensibles bebedoras de Fanta en Holanda, China, Egipto, Colombia o Canadá?)
Gordos va a dejar un dinerín, que probablemente -y como en la mayoría de los casos- no cubrirá gastos, pero quizá pueda exportarse también para “engordar” su balance.
A eso hay que añadir la inminente llegada de Amenábar con Ágora (en inglés y con estrellas internacionales, pero de producción española), que tampoco será mala, porque este cineasta sólo las hace buenas y geniales y tiene un presupuesto como nunca. Y no necesita subtítulos para atacar la parcela más golosa del mercado mundial. Doy fe de que la ambientación, los efectos y esas cositas que impresionan al espectador actual son potentísimas, más allá del trailer. Que para eso han estado, entre otros talentos, los de El Ranchito frente a la pantalla del ordenador.
En la misma línea se prepara el aterrizaje de Planet 51, que apunta un estilo de animación para codearse con lo que viene del Obama Planet (antes Bush Planet). Los animadores españoles, para quien no lo sepa, están solicitadísimos en la industria internacional, empezando por Pixar (creo que con eso está dicho todo). Y el proyecto ha partido de una premisa que lo hace más grande a mi parecer: “animamos cojonudamente, pero necesitamos al mejor guionista de animación disponible donde quiera que esté y es el de Shrek”. Caramba, no lo había dicho todo, pero ahora creo que sí.
Además está Rec 2, terror con recorrido, y Yo también, la película emotiva que toda cinematografía sueña con hacer al menos una vez al año y que, con su concha de San Sebastián, arrastrará público que la prescribirá arrastrando más público aún.
Vamos, que si hubiéramos tenido Torrente 4, ya era un pleno.
¿De verdad? ¿Cómo se llamará eso en porcentaje de recaudación? ¿10, 12, 15 %? ¿Qué hostias pasa? ¿Tan poco espacio le queda al cine español en sus salas? ¿Se cuantifica para medir el éxito del cine español únicamente su recaudación en España? ¿No es medible la de fuera cuando la película sale a otros países? Y sí lo es ¿no es noticiable?
Ya llegamos a la pregunta que mete el dedo en el ojo de la industria: ¿No hay una línea trazada por los subvencionadores, por la que aquellas películas que rebasan determinado beneficio deban renunciar a la subvención, como existe una línea de mínimos para conseguirla?
Recuerdo al boxeador de Cinderella man (perdón por el ejemplo hollywoodiense), devolviendo la prestación otorgada por el Estado a los afectados de la crisis del 29, al considerar él mismo que ya no la necesita porque vuelve a tener combates y opina que otros muchos pueden seguir necesitándola. Lo hace, como es lógico, ante el asombro de la funcionaria de ventanilla.
A lo mejor no existe productor aquí que pueda permitírselo. Pero si lo hiciera… ¡Cuántas bocas cerraría! Demostrando de paso que compite realmente en prestigio, taquilla, mercado y huevos.
P.D: Ovarios también me valen.
¿Hará dinero? ¿Cuánto dinero puede hacer en España una película con el tirón de ésta? ¿Cuántos países más la estrenarán, que puedan darle recorrido extra en taquilla? Ese, para esta película y las demás de nuestro cine, es el secreto mejor guardado de la industria y a lo mejor convendría empezar a divulgarlo, en caso de que el cine español realmente se aprecie más fuera que en España (festivales aparte). Sería una medida bastante higiénica para decirle al espectador de aquí que en otras tierras se puede ser profeta y que a lo mejor debemos plantearnos que lo propio también merece por nuestra parte una oportunidad.
En cualquier caso, el año 2009 -antes de que salgan los resultados de nuestra recaudación (lo que deja Hollywood)-, no va mal:
Ha estrenado Almodóvar, que siempre cosecha prestigio y taquilla (o sea, críticas feroces).
Han surgido dos taquillazos inesperados, sin demasiado prestigio pero con pegada entre un público que no se puede despreciar, aficionado a películas como Mentiras y gordas y Fuga de cerebros.
La película japonesa de Coixet, aunque cuestionable (como casi todas las suyas), se ha defendido y supongo que lo hará fuera aún mejor (insisto: ¿no sería noticia dónde se estrena, qué éxito tiene?).
Pagafantas ha sido la peli española del verano para crítica y público, lo que significa un par de millones de euros de recaudación aprox., y parece exportable a cualquier país del mundo (¿lo está siendo? ¿no hay Pagafantas y bellas e insensibles bebedoras de Fanta en Holanda, China, Egipto, Colombia o Canadá?)
Gordos va a dejar un dinerín, que probablemente -y como en la mayoría de los casos- no cubrirá gastos, pero quizá pueda exportarse también para “engordar” su balance.
A eso hay que añadir la inminente llegada de Amenábar con Ágora (en inglés y con estrellas internacionales, pero de producción española), que tampoco será mala, porque este cineasta sólo las hace buenas y geniales y tiene un presupuesto como nunca. Y no necesita subtítulos para atacar la parcela más golosa del mercado mundial. Doy fe de que la ambientación, los efectos y esas cositas que impresionan al espectador actual son potentísimas, más allá del trailer. Que para eso han estado, entre otros talentos, los de El Ranchito frente a la pantalla del ordenador.
En la misma línea se prepara el aterrizaje de Planet 51, que apunta un estilo de animación para codearse con lo que viene del Obama Planet (antes Bush Planet). Los animadores españoles, para quien no lo sepa, están solicitadísimos en la industria internacional, empezando por Pixar (creo que con eso está dicho todo). Y el proyecto ha partido de una premisa que lo hace más grande a mi parecer: “animamos cojonudamente, pero necesitamos al mejor guionista de animación disponible donde quiera que esté y es el de Shrek”. Caramba, no lo había dicho todo, pero ahora creo que sí.
Además está Rec 2, terror con recorrido, y Yo también, la película emotiva que toda cinematografía sueña con hacer al menos una vez al año y que, con su concha de San Sebastián, arrastrará público que la prescribirá arrastrando más público aún.
Vamos, que si hubiéramos tenido Torrente 4, ya era un pleno.
¿De verdad? ¿Cómo se llamará eso en porcentaje de recaudación? ¿10, 12, 15 %? ¿Qué hostias pasa? ¿Tan poco espacio le queda al cine español en sus salas? ¿Se cuantifica para medir el éxito del cine español únicamente su recaudación en España? ¿No es medible la de fuera cuando la película sale a otros países? Y sí lo es ¿no es noticiable?
Ya llegamos a la pregunta que mete el dedo en el ojo de la industria: ¿No hay una línea trazada por los subvencionadores, por la que aquellas películas que rebasan determinado beneficio deban renunciar a la subvención, como existe una línea de mínimos para conseguirla?
Recuerdo al boxeador de Cinderella man (perdón por el ejemplo hollywoodiense), devolviendo la prestación otorgada por el Estado a los afectados de la crisis del 29, al considerar él mismo que ya no la necesita porque vuelve a tener combates y opina que otros muchos pueden seguir necesitándola. Lo hace, como es lógico, ante el asombro de la funcionaria de ventanilla.
A lo mejor no existe productor aquí que pueda permitírselo. Pero si lo hiciera… ¡Cuántas bocas cerraría! Demostrando de paso que compite realmente en prestigio, taquilla, mercado y huevos.
P.D: Ovarios también me valen.
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