La desolación escandinava es mucha desolación, hasta cuando te va razonablemente bien en la vida. A eso le podemos sumar la crisis de la mediana edad, o simplemente el tedio, y ya tenemos motivos más que sobrados para empujarse una copa, o dos o tres.
Lo gracioso se diluye a medida que sube la dosis, claro, pero tiene su coña que una pura y dura huida hacia delante se enmascare por los fugados como experimento profesoral a documentar y medir. Aunque una cosa es estar más suelto dando clase y otra es divertirse: ahí la medida les va sobrando.
Así que ya tenemos un drama a la danesa, con su humor esquinado, sus desdichas existenciales pequeñoburguesas, su sociedad calvinista y su tempo a la europea.
La película no es tan buena, pero tiene un valor que Europa desprecia de su cine sin darse cuenta de que es su mejor arma contra Goliat: no sabes de antemano lo que pasará en pantalla. Y solo por eso Otra ronda merece verse hasta el final, con o sin botella.
Es verdad lo que dices de lo imprevisible como arma, no lo había pensado.
ResponderEliminarPara mi esta peli no abarca lo que se propone y no es que el cine (de este) danés sea tipo el de Wilder o Berlanga haciendo tragicomedias. Para mi es un drama. Solo me recuerdo sonreír durante un baile.
Pero bueno, leyendo las circunstancias en las que se rodó, no me extraña nada. Bastante bien les ha salido.
Me sigo quedando con La caza.
Coincido e que La caza es mejor
Eliminarno me convenció, se degradan demasiado aprisa, aunque la idea es muy buena y el arranque promete, a lo mejor por eso decepciona más
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