Se coló con menos de diez años en
dos de las películas más populares de nuestro cine de blanco y negro, haciendo
de hija de Alberto Closas y Amparo Soler Leal en La gran familia y su primera
secuela. Algo más crecidita participó con relevancia en La residencia, esa joya
de terror clásico del inclasificable Chicho Ibáñez Serrador. También en La casa grande, de
Francisco Rodríguez, que fue a Berlín y le valió a Antonio Ferrandis la medalla
del Círculo de Escritores Cinematográficos antes de la barba. En teatro se
permitió hacer Sola en la oscuridad.
Después fue Jacinta, seguramente
su gran papel por la importancia de la producción, televisiva pero con el mejor Mario Camus a
los mandos y la gran novela de Galdós como inspiración directa. Qué reparto tenia Fortunata y
Jacinta: Ana Belén, Paco Rabal, Fernando Fernán Gómez, Manuel Alexandre, Mari Carrillo,
Mario Pardo, Charo López, Manolo Zarzo, María
Luisa Ponte, Francisco Algora,… aguántales el nivel. Si nos ceñimos a TVE,
hablamos de la serie más emblemática y valorada que ha hecho nunca la casa (y tiene una docena larga de maravillas incuestionables).
Con 30 hace Últimas tardes con
Teresa y Los santos inocentes, otros dos plenos, en especial el segundo, al
que añade su calidad en un reparto coral que tiene a los señoritos casi fuera de plano. Puede que sea la única que se salve, hay que ser grande para salir de
la casucha a la que Rabal la lleva ingenuamente para que conozca a “la niña
chica”, con esa cara de pavor de clase al asomarse al abismo de la miseria pura.
La obra maestra basada en la
novela de Miguel Delibes la han producido ella y su marido Julián Mateos. Lo mismo
pasa con Viaje a ninguna parte de Fernán Gómez y El hijo de la luna de Agustí
Villaronga, última aparición de Maribel en pantalla. Con 35.
Olé, olé. Poco y jugoso, sin
decadencias, trabajos sonrojantes, ni puñetas. Y de nombre artístico Maribel Martín. En mi casa la llamábamos simplemente "La rubia".
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