Como musa de Godard, rodó un puñado de buenas y sesenteras películas, desde Una mujer es una mujer a la mítica Banda aparte, Vivir su vida, Lemmy contra Alphaville, Pierrot el loco, Made in USA. Pero también trabajó con Rohmer, Visconti, Vadim, Schlöndorff, Cukor, Varda, Fassbinder, Ruiz, Rivette, Demme… Su ritmo de trabajo no decayó en los setenta y ochenta. Pero en la última década del milenio sólo tres cineastas contrataron aquellos ojazos. Con todo, Anna pudo aún marcarse cuatro apariciones más, hasta el 2008.
Otra joya del cine que se va.
Sigue bailando, bella Anna.
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