martes, 8 de septiembre de 2015

Ático sin ascensor

Una película pequeñita y newyorkina, sin demasiadas pretensiones, que juega su baza principal en ver a Morgan Freeman y Diane Keaton demostrando lo poco que les hace falta para llenar la pantalla y hacerse querer.  Y que ostenta el mérito, nada desdeñable, de contar la historia de una pareja en la ancianidad, que aún se quiere y que teme por sus últimos días sin confesárselo de forma explícita ni lacrimógena. Ni siquiera el tema del matrimonio interracial, apuntalado con flasbacks bastante inocuos, es motivo de subrayados o dramatismos de saldo.



Todo ligero, todo tranquilo. Los espectadores entrados en años, que también tienen derecho a identificarse con historias de la pantalla grande, son su público natural. Y les resultará grata de ver, aunque muchos esperarán a que la pasen por la tele.

No hay comentarios:

Publicar un comentario