lunes, 28 de septiembre de 2015

El desconocido


La última película española estrenada a todo trapo lleva a Luis Tosar al volante y a un debutante bien preparado en la dirección. La cosa va de chantaje kamikaze, familia en apuros a contrarreloj y policía acordonando la zona. Nada que no sepas viendo el trailer o cualquier sinopsis de prensa. El factor sorpresa en los tiempos que corren es cada vez más limitado.

Lo suple el método de contarlo, más que el qué, gracias a una puesta en escena precisa y adecuada, llena de garra, recursos y astucias, unos intérpretes ágiles (muy bien la niña), y un ritmo imparable. Hay travellings de matrícula, montaje febril, planos a vista de pájaro, velocidad callejera, música a juego... Cuanto pide el género (o como lo resume mi hija: "qué superintenso todo").

El desconocido es un producto bien ejecutado, en el que las morcillas del guión (gordas y no pocas) se tragan con facilidad, aunque su digestión deje un regusto mediano. Le hubiera venido bien desarrollar el comportamiento policial (y los dos personajes antagónicos que lo representan), en lugar de repetir tantas veces las exigencias del desconocido y las respuestas de Tosar. Por no mencionar un par de inverosimilitudes de grueso calibre. Los estadounidenses, cuando se les atasca la escritura, lo despachan con fuegos artificiales a gogó y obtienen la indulgencia del palomitero  a cambio de la espectacularidad magnificada. Aquí solo nos da para un helicóptero. No es suficiente para tapar los agujeros de guión.

Si la taquilla acompaña (parece que lo hará), recomiendo al debutante que para la próxima pida más guión y no dos helicópteros.


martes, 15 de septiembre de 2015

Argumentos regalados: cuarta entrega


Acabo de terminar la última novela de Javier Moro, a quien no leía desde El pie de Jaipur. Después de mucho vagar por (y escribir de) la India y Brasil, el autor finalmente ha puesto el foco sobre España para narrar la historia de la Real Expedición Filantrópica de la Vacuna, promocionada por Carlos IV y capitaneada por el médico alicantino Francisco Javier Balmis con la inestimable colaboración del catalán Josep Salvany y la gallega Isabel Zendal. Embarcando en 1803 con veintidós niños huérfanos encargados de mantener la vacuna viva hasta las provincias de ultramar.

Una impresionante misión humanitaria, la primera de la Historia Universal así considerada, en la que la expedición española consiguió llevar (y extender) la vacuna de la viruela a las Islas Canarias, Puerto Rico, Cuba, Venezuela, México, Colombia, Ecuador, Bolivia, Perú, Chile, Filipinas e incluso China. Vacunando a cientos de miles de personas gratuitamente, formando médicos y sacerdotes en la tarea, organizando programas y comisiones de vacunación que garantizasen de entonces en adelante la lucha contra la enfermedad más mortífera del planeta.

La novela no solo desarrolla esta quijotesca aventura, de la que el propio descubridor de la vacuna (ojo, un inglés), dijo: "no puedo imaginar que en los anales de la Historia se proporcione un ejemplo de filantropía más noble y más amplio que éste", sino que además aprovecha para recorrer el panorama social, político y científico de la época, topándose con buenos y malos gobernantes, con bueno y malos religiosos, con defensores y opositores de la iniciativa, dentro y fuera de España.

Y para no quedarse en la mera divulgación, Moro construye una bonita historia de personajes, con sus ilusiones, sus miedos y melancolías, sus bajezas, sus desengaños y sus pasiones. 

Mientras leía las páginas de A flor de piel, descubriendo los detalles de una proeza de la que tenía referencias vagas hasta ahora, empecé a imaginar lo que  daría de sí trasladada al cine (o a una serie de televisión) con los recursos y el pulso narrativo necesarios. Las intimistas peroratas de médicos y cortesanos que le escribiría Garci al guión, el ritmo que aportaría un Guerricaechevarría al libreto en sus pasajes más enérgicos, la espectacularidad que podrían aportarle Bayona o Monzón caso de dirigir la película o la serie. La emoción que generaría un reparto adecuado y carismático (que cada cual imagine el suyo). 

Delirios. 
Aquí solemos limitarnos a esperar que los anglosajones pongan el foco y filmen su película sobre cualquier otro héroe de cualquier otro episodio histórico acontecido sin nuestra participación, para publicar un articulito en la prensa a modo de magro consuelo en el que se cuenta que ya hubo un español que por la misma época hizo esto o aquello, con éxito similar o aún mayor. En la prensa conservadora, naturalmente, porque enorgullecerse del pasado nacional y de sus héroes es a lo que parece, propio de la carcundia y la caverna. 

Pudiendo hacer películas en las que fustigar nuestro papel en la Historia, caso de abordarla, o una serie de humor más pedestre que castizo, quién necesita epopeyas ejemplarizantes en las que el arrojo, la fe en el conocimiento, la caridad y el mérito tengan a un puñado de españoles como depositarios y protagonistas. 

¿Filantropía? Eso es lo que hace ahora Bill Gates ¿No? Será para desgravar. Anda, Manolo, pon otra ronda. Y alcánzame el Marca.

viernes, 11 de septiembre de 2015

El top ten



Esta semana, cuatro películas de producción española están en el "top ten" de la taquilla nacional. 

Atrapa la bandera, la película de animación, encabeza la lista. Va de unos chavales que son familia de astronautas de la NASA, embarcados en una divertida misión espacial que trata de preservar la hazaña lunar, representada por la bandera de los Estados Unidos que se clavó en el suelo del satélite.

Anacleto, agente secreto, va detrás, ocupando el segundo puesto del top. Es una adaptación muy libre pero muy lograda del personaje de Vázquez que vivió en los cómics de Bruguera. Huelga decir que el patrón al que responde un agente secreto, por muy Anacleto que se llame, vestido de smoking desde el mismo cartel, nos remite a otros agentes secretos menos divertidos y más universales.

Un día perfecto, de Fernando León de Aranoa, va de cooperantes en suelo yugoslavo. Está rodada en inglés y la protagonizan Tim Robbins y Benicio del Toro.

Extinción es la última de esta esforzada y meritoria lista. Rodada con actores norteamericanos (y Clara Lago de artista invitada), se ambienta en un futuro invernal y zombie, en Estados Unidos.

Producimos nosotros, es cierto, pero los patrones adoptados para alcanzar el éxito dan que pensar. No es casualidad que llamemos "top ten" a las diez más taquilleras. 


miércoles, 9 de septiembre de 2015

Repescas de septiembre

Perdiendo el Norte
Una comedia sobre un drama –la nueva emigración española hacia Alemania- que se apunta al romance y lo adereza con Julián López, siempre solvente en el rol de amigo cómico. Sacristán podría hacer su papel hasta dormido. La Machi y Cámara tiran también de oficio. Simpática, pero light. Azcona hubiese sacado petróleo de este entretenimiento indoloro. La película, no obstante, es hasta la fecha lo más taquillero del cine español este año. ¿Estamos perdiendo el norte?


Misión imposible, nación secreta
Cruise elige por fin a una chavala que vale tanto o más que él. La mejor de la saga, desde que se apeó Brian de Palma (¿dónde andará metido aquel brillante director?). Con un guión bien armado que dota de empaque a la imposible velocidad de desplazamiento y forma física del equipo MI. Buen blockbuster.


Crónicas diplomáticas
Un Tavernier con ganas de cachondeo se mete en la política francesa para que veamos que gilipollas, inútiles, lameculos y profesionales desconcertados hay en todos los ministerios que en el mundo son, aunque el país pertenezca al G7. Un poco reiterativa, aunque graciosa. Le falta el mordiente de, pongamos, un Wilder. Pero eso es mucho pedir: nadie es perfecto.


El coro
Lo que a estas alturas del siglo son capaces de hacer los norteamericanos con una idea francesa, aunque el director sea galo y sazonen la receta con Dustin Hoffman, Debra Winger y Katty Bates: poco menos que un telefilm. Bonitas voces, eso sí. Y el prota es clavadito a mi sobrino.


Una noche para sobrevivir
Grata sorpresa. Liam Neeson, con todo su talento, lleva unos años dedicado al cine de mamporros, que tiene un recorrido bastante limitado. Pero aquí hay guión y sólidos compañeros de viaje. Lo demás lo pone la noche y el lumpen que parece anegar las ciudades del imperio. Seca y directa, para sobrevivir y disfrutar.


La jaula dorada
Estos franceses lo mismo se tiran el rollo con las empleadas del hogar españolas, que con los porteros portugueses, que por lo visto es a lo que nos dedicamos los de la Península cuando nos instalamos en París. Amable y por momentos desagradablemente paródica, tiene el buen sentido de repasar también a los acomodados parisinos en su pija ruindad. Lo que destaca, en cualquier caso, es su magnífica banda sonora, hecha de temazos portugueses a cual mejor.


Amor en su punto
Leonor Watling le abre el apetito a cualquiera, pero esta película desperdicia el componente gastronómico, el escenario irlandés y a los encantadores intérpretes al poco de un bonito y prometedor arranque. Algunas escenas aisladas apuntan a una película mejor, pero la peripecia amorosa se complica de manera muy poco atractiva y eso, en una comedia romántica, desinfla el conjunto irremediablemente.  Lo que no sabría decir es si este amor se ha quedado poco hecho o pasado. Pero en su punto no está.


martes, 8 de septiembre de 2015

Ático sin ascensor

Una película pequeñita y newyorkina, sin demasiadas pretensiones, que juega su baza principal en ver a Morgan Freeman y Diane Keaton demostrando lo poco que les hace falta para llenar la pantalla y hacerse querer.  Y que ostenta el mérito, nada desdeñable, de contar la historia de una pareja en la ancianidad, que aún se quiere y que teme por sus últimos días sin confesárselo de forma explícita ni lacrimógena. Ni siquiera el tema del matrimonio interracial, apuntalado con flasbacks bastante inocuos, es motivo de subrayados o dramatismos de saldo.



Todo ligero, todo tranquilo. Los espectadores entrados en años, que también tienen derecho a identificarse con historias de la pantalla grande, son su público natural. Y les resultará grata de ver, aunque muchos esperarán a que la pasen por la tele.

jueves, 3 de septiembre de 2015

Exposición molona

Hoy inaugura mi colega Domingo una de Pop art, mitomanía y mucho Cine. 
Si estáis en Madrid, os la recomiendo