Los creadores de Wallace y Gromit entraron en territorio del largometraje con la insuperable Chicken Run. Y, no obstante, consiguieron subir el listón aún más con La maldición de las verduras. Por eso esta nueva joyita sabe a decepción. Piratas es técnicamente irreprochable, pasmosa en su riqueza de detalles, decorados, ambientes y personajes, movimiento, iluminación y colorido. Pero la historia tiene poca chicha. Quizá por eso el desarrollo reinventa la historia a cada paso, y propone en todos un juego gamberro pero sólo moderadamente divertido.
El capitán y su pandi no terminan de resultar épicos a la vez que simpáticos, y la épica es un requisito básico para ser "piratas del año".
Se lo perdonamos en cualquier caso. ¿Cómo puede alguien ponerse puñetero con esos entrañables seres de plastilina?
La elaborada plastilina no puede sustituir a la inefable naturaleza humana. Los ambientes y detalle son exquisitos y dan ganas de meterese en los camarotes con ellos, o en el barco pirata, pero adolece de ritmo. Hay humor, pero no cuaja del todo.
ResponderEliminarAmén a tu crítica.