Fernando Trueba y Javier Mariscal le pusieron corazón y pelotas a la idea que resume esta película: Dibujar una historia de amores contrariados en la época dorada del jazz latino y en los dos escenarios de su eclosión: La Habana y New York.
Años 40-50, una pareja fogosa de bocas cubanas, la ciudad de las columnas y de los coches descapotables, las noches gringas de neón y de clubs, los representantes sin escrúpulos, las carreras truncadas y la música, mucha música, música excelsa, música apasionada e inolvidable.
Todo el talento estético del estudio de Mariscal y la genialidad de Bebo Valdés en la partitura armaron dos terceras partes de esta película donde la peripecia transita sin embargo por lugares muy comunes. Y aunque son los lugares comunes que corresponden a un buen bolero, los mejores boleros son los que le ponen al asunto una letra especial. Quizá esa letra aquí sea, de nuevo, Mariscal y Bebo, más que Chico y Rita.
No sé, no quiero estar siempre poniendo pegas a todas las películas. Y ésta es, ante todo, fascinante.
Margin Call
La burbuja financiera un día antes de estallar y los que la inflan y se lucran con ella, recogiendo sedal a toda prisa. En cierto modo esquemática pero de escalofriante precisión en su atmósfera y contundente en la verdad que se respira por los pasillos vacíos de una firma financiera a las dos de la madrugada.
Dos escenas realmente desoladoras para la antología del género "quiebras" (las económicas y las morales): el relato sobre la construcción de un puente que ilustra de forma inequívoca en qué consiste un beneficio real y el disgusto de un jefe por la enfermedad de su perro mientras el 70 por ciento de la plantilla está siendo despedida.
Siempre me pregunto, ante películas como "Margin Call" (que no he visto), hasta qué punto el cine influye en la realidad. Es decir, ¿sirven películas sobre la crisis, como ésta o "Inside Job" (que a mí me parece bastante liosa e impactante) para concienciarnos, para relamernos, para comprender mejor cómo funciona el mundo... o para nada de nada?
ResponderEliminarUn saludo:
Luis S.
Para nada de nada. Salvo disfrutar de la película, si es buena.
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