Thelma y Chus
Una se las imagina quedando en alguna cafetería del centro, de las de toda la vida. Chus pediría un café con leche y un bollo suizo o una magdalena para mojar (le encantan, las guarda bajo llave). Y Thelma un cortadito, largo de café (al que le añadirá, sólo para alegrarlo un poco, un chorrito del bourbon que lleva en una petaca en el bolso).
A falta de nietos, hablan de directores. “Pedro me ha dado recuerdos para ti” “¿Qué tal está?” “Anda un poco mustio, como vaca sin cencerro” “Ya se le pasará, mujer””Ya le digo yo que ha perdido el lustre, que no me come””Bien hermoso que estaba, la última vez que lo vi, como Hitch””Chica, ese sí que era de buen comer””Y un poquito especial, Chus… no veas la mala uva que gastaba”.
Va pasando la tarde y de repente se ponen melancólicas. Y hablan de hombres. Chus tuvo una vez un marido que era el doble de Franco, fíjate tú qué plan. Y Thelma, otro marido que la dejó por su mejor amiga y que un día fue con la otra al desierto de Nevada, donde vivía ella. De visita, el tiparraco. Y Thelma detrás, porque, a pesar de todo, lo echaba de menos. Estaba allí Marilyn, pobre chica. ¿Son las películas o es la vida? ¿Es que no son lo mismo?
Mujeres que tienen tanto que contar, que han vivido tanto en el cine. Han sido graciosas y trágicas. Porteras y criadas. Secundarias, pero nunca segundonas. Tan auténticas que nunca pasarán de moda.
Nunca se conocieron. No hablaban el mismo idioma. Una de ellas ya murió. Pero a mí me gusta imaginarlas así: quedando un día para merendar en una cafetería de las de toda la vida. Quejándose de este dolor de piernas. Criticando con cariño a los directores (Almodóvar, Hitchcock, Berlanga, Mankiewicz, Trueba, Fuller…nada menos). Thelma preguntando por el pueblo de Chus. Chus preguntando por el barrio de Thelma. “No queda un viejo… lo que es menester es que pare ahí, en los viejos”. Despidiéndose con sonoros besos. Alejándose con pasos decididos. Eternamente divinas.
Raimunda. Cinéfila.
Menudo barco lleno de talento que tenemos. Un saludo. Ernesto.
ResponderEliminarFantástico, no esperaba menos, la verdad, ni del texto, ya se lo he puesto a Raimunda, ni del dibujo. Me encanta. Merecía la pena esperar.
ResponderEliminarUn beso,