martes, 23 de enero de 2024

La sociedad de la nieve

Bayona demuestra, por si quedaba alguna duda, que puede filmarlo todo de manera abrumadoramente solvente. Elige volver a sus historias de pérdidas terribles (El Orfanato, Lo imposible, Un monstruo viene a verme), añadiéndole un accidente aéreo aterrador, la grandiosidad del paisaje andino, un reparto cuidadísimo (bien por la imposición de uruguayos hablando uruguayo) y mucho respeto al tratar el tema más escabroso de aquella situación extrema. 

En términos narrativos, sigue siendo un buen discípulo de Spielberg (esa carrera de un oficial chileno por el pasillo administrativo casi al final). Aliña con tino y sin sonrojo donde toque con la música idónea, preferentemente emotiva. Reserva un par de parlamentos largos para el discurso de los supervivientes y mete gran angular a saco cuando llega el pánico incontrolable.

En cuanto a la peripecia narrada, no hay nada que añadir. Tremenda. Y las píldoras de realidad que trasladan los nombres sobreimpresos en pantalla y las imágenes finales elevan la propuesta a un lugar libre de crítica. 

Buena película.  


 

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