
Pero lo que fue el festejo de su primer aniversario… nos dejó un poco chafadas.
Nada más llegar, me sentí como una maleta en un aeropuerto: pasamos de mano en mano por todo el edificio hasta llegar a la zona del photocall. A mi aquello me recordó la cola de un baño. Todos allí apiñaitos, esperando el turno para pasar y con espejos donde retocarse. Una vez iban saliendo a la sala, presentados y diciendo de quienes eran los trapitos que llevaban, iban a una especie de mini escenario en el que hacerse las fotos. Bastante mal iluminado, todo sea dicho. Y de ahí... pues pasaban a la selva de periodistas, todos por la sala de un lado a otro, hablando con unos y con otros... allí había un batiburrillo que no he visto en ningún otro evento. De hecho, el photocall debe estar al entrar en el lugar. Eso si, una gran convocatoria de gente y de medios. Aunque no sé si el que apareciera fue hecho con un poco de trampa… Me reservo un poco…



Faltaron premios por dar y me pregunto por qué… ni al mejor comunicador, ni al mejor modelo, ni al videoclip… pues eso, cutres hasta para eso. Esperemos que el año que viene se lo monten mejor.
A las 21.30 ya estaba todo acabado. Suponemos que la gente se quedaría allí tomándose unos tintos de verano y unas sangrías en lata (que dejaban mucho que desear), pero Carla, Elena Ballesteros, su amiga y yo, que habíamos visto la gala juntas, decidimos que aquello no era para nosotras. Así que nos fuimos a cenar picar algo. Fue una cena divertida. Juntad a cuatro mujeres y no dejaremos títere con cabeza: ni a suegras, ni ex, ni actrices, ni catalanes… pero nada, todo entre risas muy sanas.
Una agradable velada en la que pude ver de nuevo a gente interesante, guapa, simpática y hasta pude ver los abdominales del Busta en persona (que en petit comité, a la espera de entrar en el photocall si que se levantó la camiseta… y yo no pude evitar mirar)… si es que el glamour es increíble.
La Sobrina
No hay comentarios:
Publicar un comentario