lunes, 30 de septiembre de 2019

El Crack. 2,1,... 0


Ahora va Garci y pega el pelotazo que el cine español necesita cada año para llegar a los 100 millones de recaudación en el mercado nacional. ¿Os imagináis?

Ya sé, ya sé, pero vamos a suponer que pasa. Mientras se comen los puños los que lo tachan de academicista (Garci no es academicista, es académico, hay una diferencia muy notable); los que dicen que su cine es lento, cuando una cosa es la velocidad y otra el ritmo; los que dicen que es un nostalgias pero se pirran por los mercadillos vintage de Tarantino; los que todavía le reprochan que la Comunidad de Madrid soltase 15 millones para Sangre de Mayo, que no hizo taquilla, como si eso fuera un retrato de la calidad del cineasta y no de la calidad que están demostrando los  espectadores, a quienes Galdós o la Historia no les importa una higa y ya es lástima. 

En fin, El Crack cero no alcanzará el éxito con el que especulo aquí, porque al margen de si la película es grandiosa, correcta o un patinazo, el mercado está en otras cosas. Aunque yo estoy deseando ver a Areta y al Moro en sus primeros pasos detectivescos por la Gran Vía, en blanco y negro.  

Entre tanto, permaneced atentos a la pequeña pantalla: seguro que TVE pone un especial de El Crack, con pases de la 1 y la 2, las de Alfredo Landa y Miguel Rellán. Lo hace siempre que se dan estos raros pero felices casos del cine español, para calentar la taquilla en días de inminente estreno...  (Sí, Sheldon, esto último es sarcasmo). 


jueves, 19 de septiembre de 2019

Hache

Llega otra, con buena pinta (qué importante y peligroso es un buen trailer).
La produce un amiguete, para Netflix.
Veremos.

martes, 10 de septiembre de 2019

jueves, 5 de septiembre de 2019

Se fueron mientras yo estaba de viaje.


Rutger Hauer

Eduardo Gómez

Peter Fonda

Roberto Bodegas

Jean-Paul Adam Mokiejewski

Piero Tosi

Valerie Harper

Encarna Paso

Todos ellos me hicieron sentir emociones ante la pantalla grande.

Eso no se olvida.


lunes, 2 de septiembre de 2019

Érase una vez en Hollywood


Soy lo bastante mayor (no tanto como tú, Quentin, jódete), para percibir plenamente la fiesta cinéfila que se ha montado Tarantino en la última.

Su ciudad reinventada luce como si fuese así hoy mismo, no hay cartón piedra alguno, ni solemnidad académica, ni filigrana inglesa. Su 1969 no parece recreado, sino real, y eso tiene más mérito del que parece.

Ha podido contar con dos estrellas que además actúan maravillosamente, Brad y Leo, y ponerles a hacer de espejos agrietados frente a frente, pero incapaces de arrojar la toalla. Bien también.

Sabe batirse como un maestro en cualquier terreno: el serial en blanco y negro, el western B, el festivo, el de caravana, la comedia visual, la tensión, el patetismo, lo cool,... lo que le echen. Y colar de matute a un héroe que probablemente mató a su mujer (qué elipsis más astuta); a una pandillita de locas decididamente parecidas a las militantes más idiotas y virales de última hora; bromear con unas muertes tan brutales como socialmente consentidas, en su narración cinematográfica y en el cómplice y complaciente patio de butacas.... En fin, que hace lo que le da la gana y todo le sale molón.  

Escena por escena, el director guionista es un mago que te lleva a donde quiere, contando lo que le gusta y consiguiendo que te guste a ti, más o menos cinéfilo, sádico, palomitero o tematizado a lo Netflix. 

El momento de Bruce Lee, las rutas en coche, la escena del rancho (la mejor y lo sabes), el autocabreo de Leo en su rulot, la esposa italiana desatada, hasta la resucitada Sharon viéndose en un cine de pago en una película horrible de las que hizo Dean Martin cuando el cine se la sudaba… todo rezuma encanto y habilidad de cineasta en la cumbre.

Mi incapacidad para “levitar” (como diría mi añorado amigo Berdoy) viene por otro lado. Quentin no cuenta nada específico, aunque todo rebose encanto. Y cuando se ve en la necesidad de rematar, y darle sangre a los fans, tira de un truco genial, pero ya usado en una película anterior. Es un truco tan bueno que solo debe usarse una vez.

Aún así, lo mismo, en hora cuarenta, sería una maravilla. Pero Quentin se gusta, porque sabe que gusta. Es inevitable. Y aquel asesinato también. Por eso has podido hacerla, viejo.

Sigue rodando.


cervezas de verano

Caramba, llevo 20 días sin publicar nada y no se me queja ni Dios.
O aquí ya no entra nadie o hay mucha cerveza desperdigada por agosto.