martes, 24 de julio de 2018

Handia



He tardado en verla, quizá demasiado. Me gustó tanto Loreak que me temía este salto de los vascos a película histórica, aunque volcada en una anécdota humana curiosa y muy cinematográfica: ese tipo que no para de crecer y se convierte en reclamo de feria durante el carlismo más lejano.

Primorosa producción donde todo está cuidadísimo, algo que no se puede discutir. El problema, a mi juicio, viene por la cantidad de minutos que soporta el caso tratado en pantalla.

El arranque tiene un ritmo perfecto que se mantiene hasta que uno de los desdichados hermanos protagonistas regresa del frente. Entonces empieza la peripecia del gigante y de su vocero. No da para más de cien minutos, aunque entiendo que en montaje no sepan qué quitar.

Debió ser una película más corta o menos monocorde, quizá con unos detalles humorísticos para dar oxígeno al espectador, no sé. Pero hay historias que sólo pueden ser contemplativas y otras que no. La itinerancia, por hermoso que sean el paisaje y melancólico el paisanaje, no basta en Handia y su película, agrandada más de lo razonable.

Espero la siguiente de Garaño y compañía, porque siempre saltan al vacío y siempre consiguen triunfos con ello, aunque el sabor sea pleno o sea agridulce. 
¡Agur!



lunes, 23 de julio de 2018

Mac, ahí queda eso

Cartelista en el mejor momento. 
Supo aprovecharlo.
Adiós, maestro.










miércoles, 18 de julio de 2018

Yvonne Blake



Ganó cuatro Goyas y un Oscar, éste último por el vestuario de Nicolás y Alexandra; hizo El último valle, Robin y Marian, Jesucristo Superstar, Superman, Los señores del acero, Remando al viento, Loking for Richard, Los fantasmas de Goya, Canción de Cuna.

Trabajó con Lester, Forman, Truffaut, Verhoeven, Parrish, Garci, Chávarri, Suárez, Donner, Aranda, Pacino.

Se batía con la misma solvencia en una superproducción anglosajona que en una peliculita de Enrique y Ana, hablaba un castellano con acentazo de Manchester y asumió esa presidencia de la Academia del cine español que empieza  a ser como un hierro candente que nadie quiere agarrar porque quema de extremo a extremo.

En fin, era una profesional como la copa de un pino, se diga como se diga eso en Manchester.

El Cine, y los que lo amamos, te vamos a extrañar, Yvonne.

miércoles, 11 de julio de 2018

Fuera de Cartel


Loving Pablo
Nunca sabremos si la síntesis que gasta la película sobre Pablo Escobar y su periodista “de cabecera” funciona porque está bien hecha o porque cuenta con el conocimiento previo de la audiencia sobre ambos personajes adquirido en la serie Narcos de Netflix.

En cualquier caso, habiendo visto ambas, me parece que la película es ágil y entretenida. Y Javier Bardem, por descontado, hace un Escobar muy logrado y temible.

Otra cosa es el sindios idiomático de la producción, que en nada la favorece: unos españoles imitando el acento colombiano para hablar en inglés. Joder con el mercado.


Bajo la piel del lobo
Fotografía, reparto, música y paisaje: Bravo.

Guión: Hombre, Samu, no era tan difícil hacerlo un poco más interesante, bonito y rematado, sin dejar de ser creíble (me remito al primer párrafo).


Nunca me abandones
British (o sea, bien hecha y bien interpretada), bonita y desoladora. Un extraño artefacto de ciencia ficción que arranca en el pasado y se mantiene fiel a esa premisa para avanzar paralela a nuestro tiempo, reconocible en todo salvo en el avance científico que pone sobre la mesa de operaciones el asunto moral y su deriva amorosa.

La Mulligan necesita cuanto antes una comedia loca, ya está bien de verla sufrir en silencio.


Marea negra
Esto es Hollywood hoy ante los grandes temas: un vertido petrolero como no ha habido igual en la Historia, y sólo nos centramos en la explosión de la plataforma, en los augures desoídos por la codicia de manual que le endosan a Malkovich, y en el perfil heroico de los que se empeñan en salir de allí con vida con la mayor cantidad de compañeros posible, aunque los lleven en volandas con quemaduras de tercer grado.

En fin, acción ante todo. Lo del desastre ecológico es cosa de Dios, que no siempre bendice a América.


No respires
Un thriller de los de verdad, donde las licencias no importan porque la trama es magnética, el reparto idóneo y la dirección impecable.

Tensión desde el minuto tres (treinta segundos de sobra al final, por si se cuela la secuela).

Cinco personajes, una casa, una historia en plan cebolla, por capas, violencia medida y contundente, sonido, luz, oscuridad, giros,… todo en su punto de cocción.

Te comes las palomitas. Te comes las uñas. Una delicia sin exceso de presupuesto, ambiciones ni trucos demasiado vistos. Basta con el perrazo de sueño ligero.

lunes, 9 de julio de 2018

Feliz cumpleaños "Laura" McGuillis


Hoy es el cumpleaños de Kelly McGuillis, la que fue protagonista de tres hitos de los 80: Único testigo, Top gun, Acusados.

La efeméride me ha recordado una anécdota jugosa sobre la McGillis: durante muchos años (hace algunos que le perdí la pista), tuve una gran amiga que en el teatro de instituto se encargaba del vestuario y que se parecía mucho a la McGillis. En una ocasión, creo que sólo una, fui a su casa y reponían en la tele Único testigo. Nada más empezar, señalé lo mucho que Laura y la McGillis se parecían.

La madre y la abuela se pasaron toda la película dándome la razón: "hay que ver lo que se parecen, es verdad". Hasta que llegó la escena en que aparecía la McGillis con la pechuga al aire. Se hizo un silencio de tumba en aquel salón, mientras todas las presentes pensaban: "ahora este hijoputa dice que hay que ver lo que se parecen".

No dije nada, pero creo que fue peor. La madre y la abuela se habían formado su propia opinión y nada que yo dijera o callara iba a mejorar o disipar lo que su propia imaginación dictaba en aquel momento crucial.

Aquella tarde, cuando Laura y yo salimos por fin de su casa a beber por los bares cercanos, nos reímos como nunca.

Feliz cumpleaños, reinas. 

viernes, 6 de julio de 2018

Adiós a Pepe


Un buen amigo ha abandonado repentinamente el escenario. Tenía un libro estupendo sobre cine titulado 444, un blog en el que retrataba los pros y contras de cada nueva película vista, defendía apasionadamente el doblaje, recibía a sus amigos con la curiosidad siempre incólume y unos gin tonics de gentleman, adoraba el cine de Scorsese, de Allen, de Berlanga, las películas de Pixar, nos recordaba la pronunciación en alemán del apellido de Billy Wilder.  

Era Pepe García Berdoy, alias Atticus.

Nos citamos durante años, primero en un bar cercano al cine Doré, luego en su apartamento del barrio de Salamanca. El grupo fue cambiante (David, Luna, Luis…), pero Pepe nunca faltaba, ávido de conocer nuestra opinión sobre el último estreno oscarizado, la nueva comedia boba francesa, los progresos de nuestra escritura cinéfila o literaria, los viajes y los hijos, el ir y venir de nuestras vidas.

Siempre nos acicateaba para vernos más. Pero pensamos que el tiempo es inagotable, aunque a cada uno se le agota cuando lo dice ese reloj invisible que avanza indefinidamente.

En fin, no sé qué más decir. Prosigue el poderoso drama. Woody estrenará otra y no irás a verla en sala, pero te lo contaré aquí, amigo. Es un texto un poco flojo, lo sé, para ser el que me sale en tu memoria. Pero estábamos de acuerdo en que conviene adornarse lo justo. Y hoy lo pone todo la tristeza.