Un puñado de soldados, entre lo
épico y lo codicioso, buscan una ciudad de leyenda atravesando las selvas
cercanas al Amazonas. En el arranque del film ya están en ello.
El comandante
de la expedición lleva a su señora consigo, los demás se la comen con los ojos,
cubiertos de mugre, sangre y modales. Van en pos del oro o de la gloria (fama y
fortuna), son perseguidos y son perseguidores.
Por el camino, todo lo que la Aventura
puede deparar entre profesionales de la muerte, leales al rey, valerosos e
impíos. Rodado primorosamente. La selva inmensa y las pequeñas pasiones, el
fanatismo y su burla, la disciplina y la insubordinación, el miedo y el arrojo,
todo mezclado con ritmo, sin que el interés desfallezca, sin perderse en
discursos maniqueos.
Un reparto espléndido con
diálogos precisos y fieros como dagas. Variedad de motivos, sueños y lealtades.
Humedad, pájaros rojos, indios hostiles, escaramuzas y batallas, crucifijos y
versos, acción a cascaporro, ni un solo muerto inmerecido.
Por fin una película redonda con
material de Reverte.
El maestro de esgrima fue buena. Oro es mejor y se
estrena este viernes, 10 de noviembre.