jueves, 23 de febrero de 2017
viernes, 17 de febrero de 2017
La ciudad de las estrellas
Dura más de dos horas que se ven en un suspiro. Transmite alegría de vivir y narra con elegancia el precio a pagar por cumplir los sueños de cada cual.
No inventa nada que los que padecemos de buena y larga memoria no hayamos visto antes, pero es muy bonita y optimista hasta cuando duele.
Genuinamente sentimental. Respetuosamente deudora de su música. Nostálgica, pero no deprimente. Y sin súper héroes ni distopías. Hasta la impersonal ciudad de Los Ángeles parece bella.
De los Oscars menos estéticos, sonora y plásticamente hablando, quién sabe: Ella está en su momento. Él también y en Hollywood se valora mucho el actor completo (cantar, bailar, tocar, interpretar), además del que se luce sufriendo, que también suele ser muy premiable.
Si Ryan no gana, siempre puede decir "que les den".
viernes, 10 de febrero de 2017
El editor de libros
Nada que objetar al trabajo de los actores y a la ambientación, británicamente impecables, aunque estemos en Estados Unidos. El ritmo, adecuado. La fotografía, bonita. Los antros, con jazz. La vivienda señorial, entrañable. Las vacas sagradas, sagradas. Y la campiña, ¡ay, la campiña…!
En fin, así todo.
Se tolera, pero es mucho mejor leer a Thomas Wolfe directamente, a ser posible sin ver primero en pantalla, según Jude Law, su pose de genio y el bofetón que tiene.
jueves, 9 de febrero de 2017
Se hace así:
Discurso
institucional
Video de la
cosecha
Goya mejor
actor
Goya actriz
de reparto
Goya actor de reparto
Goya mejor
canción
Goya de
honor (mejor sin plano de Zapatero adormilado)
Por lo demás:
Montajes emocionantes
de:
Lo mejor del cine español de todos los tiempos
Lo mejor del año que se premia
Lo que viene para el próximo año
Un in memorian como merecen los finados, a todo gas, con música
triunfal (no de sepelio), con imágenes vivas e imperecederas.
Momentos de las películas suficientemente significativas y
atrayentes, en cada nominado de cada categoría, previa apertura de sobre.
Cante y baile,
para quien profesionalmente canta o baila. Al servicio de los premios, no de
ellos mismos.
Bandas sonoras
Un guión divertido y
sin palabrotas, que incluya a los que entregan los premios (que ensayen,
pero abstenerse de los que carecen de vis cómica).
Cero menciones a la
política (sería rompedor).
Una realización
que sepa cuándo toca plano general, cuándo medio, cuándo corto, cuándo primer
plano. Y que sepa a quién enfocar del público, nominados aparte.
En fin, lo que siempre digo y casi nunca pasa.
Enhorabuena a Rovira, que volvió a jugársela e hizo cuanto
pudo.
Etiquetas:
bloguea como puedas,
Homenajes,
Las guerras perdidas
viernes, 3 de febrero de 2017
Goyas para mañana
UN MONSTRUO VIENE A VERME. Técnicamente
impecable. Pero con un presupuesto semejante se le debe exigir. Que sea una
gran película ya es otro cantar. De éstas tendría que hacer el cine español
media docena al año, como poco, y quedar como las propuestas solventes de la
cosecha, por debajo de las maravillas. Tiene un gran problema comercial (aunque
no lo haya sufrido en España por lo llamativo de su presupuesto y la campaña de
promoción arrolladora): La parte fantástica va contra la del cáncer y la del
cáncer contra la fantástica.
Al público infantil-juvenil le
sobra el cáncer y al adulto la fantasía. Creo. Se llevará dirección de
producción, efectos especiales, sonido... Esa clase de premios. No creo que
pille más. Bayona ya tuvo su noche con Lo imposible.
TARDE PARA LA IRA. Me parece la
mejor, en relación calidad-precio, o sea coste-resultado. No cuenta nada nuevo,
eso es verdad. Pero lo cuenta muy bien, y el ritmo pausado de esa primera media hora
(y algunas otras partes de metraje) creo que es adecuado.
El travelling de
inicio es buenísimo. Y toda la escena del gimnasio desde que entran
hasta que consiguen salir. Otras cosas son más de andar por casa, pero también
cumplen más allá de lo que suele una ópera prima. Y las sorpresas, en especial
la última, bien traídas.
El Goya de interpretación debiera ser para
Luis Callejo, aunque veo más posibilidades para Manolo Solo como secundario.
JULIETA. Volvió el Almodóvar que
sabe lo que se hace, hablando de dolor sin coñitas inoportunas. Emma Suárez ha tenido
su año, es una fiera. Si le dan Goyas, creo que serán el de ella y, con mucha
suerte, el de guión, para que Pedro no se cabree y vuelva a marcharse de la
Academia. Pero es fácil que se vaya de vacío.
EL HOMBRE DE LAS MIL CARAS. Peliculón. No se estila por aquí la
trama demasiado compleja en datos, personajes, escenarios y situaciones.
Tampoco la hagiografía a la inversa, donde un tipo real -tan correoso como
Paesa- se muestra ficcionado en la pantalla. Eduard Fernández está perfecto, pero lo está siempre. Deberían
darle un buen puñado de Goyas a esta película, aunque cualquiera sabe. Para mí,
es la prueba de que el cine negro -y derivaciones- es lo mejor que hace España
de un tiempo a esta parte. Será el ambientazo del país, que se ha puesto
propicio.
QUE DIOS NOS PERDONE. El guión se
pega algunos pasotes (aunque se premiara en San Sebastián), pero el conjunto es
potente. Si se hubiera estrenado lejos del otro protagónico de De la Torre creo que hubiese hecho más
caja. Roberto Álamo tiene serias
opciones de llevarse el Goya como actor. Gran puesta en escena.
Gane o no algún que otro Goya, la
recomiendo.
En realidad, las recomiendo todas. Dios perdonará sus fallos (y los tuyos).
Etiquetas:
bloguea como puedas,
Las guerras perdidas
Suscribirse a:
Entradas (Atom)