miércoles, 26 de junio de 2024

Malas jugadas


He aquí un buen ejercicio para distinguir entre realizador y director, con dos películas equivocándose en qué historia necesitaba a un profesional u otro.

Menudas piezas, que ha tenido un éxito razonable para lo que en España se estila, está hecha por Nacho García Velilla. Repasando su filmografía y trabajos de televisión considero que no se ha encontrado con una historia mejor hasta la fecha. Por desgracia, nuestro producto audiovisual sigue pecando de poca confianza en los relatos ejemplarizantes, épicos, bonitos. Parece que nos dan pudor si no se le ponen detalles de humor sarnoso, líneas de mal gusto, personaje paródico... hay que satirizar algo, el pijerío, el chonismo, el barrio, el colegio de élite... ¡algo! (o mejor, todo).

Para eso viene al pelo un director como Velilla, fogueado en series como 7 vidas o Aida y películas conocidas y algo vergonzantes: Villaviciosa de al lado o Perdiendo el norte. Lo que me asombra es que esta clase de producto pueda atraer a la gente a salas, me parece de pantalla en respaldo de avión o sofá casero una tarde cualquiera. La textura, la atmósfera, el tono, los encuadres, la puesta en escena... cuanto engrandece cinematográficamente un guion - salvo el casting, que hubiera brillado mucho más en una película más brillante - es de bajo perfil, es más de teleserie semanal que de largometraje con estreno y photocall. 

No sé, a lo mejor imagino decisiones conscientes donde sólo hay limitaciones presupuestarias o estéticas libremente adoptadas que a mí no me son afines. Pero viendo lo que la historia promete y lo que da, parece que hay que rebajar hasta en los acabados cualquier mensaje convincente sobre la oportunidad de ciertas prácticas y valores en el proceso formativo de las personas.  

Aunque el resultado es simpático a pesar de todo, casi aceptable si para verla no has pasado por taquilla a precios de Madrid. 
 
Por contra, tenemos Matusalén, la segunda película para el cine de David Galán Galindo, director de la muy estimable (aunque corta de presu) Orígenes secretos. Y el resultado en pantalla es Cine. Por desgracia para una historia flojita sostenida una vez más por los actores, un cómico de talento como Julián López y varios más que le acompañan sin apenas papel (Miren Ibarguren y María Barranco como los casos más sangrantes, no son personajes, sino roles). Los jóvenes Elena, Jasón, Lucía y Judith, con papeles tan tópicos como los que les tocan, hacen lo que pueden. Y a Miguel Rellán le basta con estar, es con José Sacristán lo mejor que nos queda en activo. 

Excelentemente rodada, no vale un visionado completo, aunque se lo concedí. De lectura plana, poco graciosa, vaga en las soluciones (lo del examen, lo de la policía o lo del influencer...). Sólo se eleva hasta el ansiado bien alto en una canción afortunada y en las escenas de Alberto San Juan (que se está especializando, por cierto, en el momento estelar prácticamente único de películas olvidables como ésta o Loco por ella).

Matusalén es, en fin, una telecomedia pasable con empaque cinematográfico y Menudas piezas una historia para el cine que se empaqueta como tele. Y así vamos. La taquilla sigue en crisis, claro, ni Telecinco, ni RTVE, ni Amazon garantizan el interés de las producciones patrias. 

Pero es que ya lo decía el padre de Una Historia del Bronx: "No hay nada peor que el talento malgastado".


martes, 25 de junio de 2024

El viejo amigo Donald Sutherland

Han pasado un par de días desde que murió Donald, pero resulta difícil hacerle una entrada a un actor de su calibre. ¿A quién no le caía bien Donald?

Donald Sutherland era un canadiense cuya sonrisa podía competir con la de Nicholson, contemporáneo suyo con sólo dos años menos. Jack se retiró mucho antes, el viejo Donald actuó en cambio hasta el último día, convirtiéndose en ese amigo fiel que sigues viendo de vez en cuando, le admiras su pelazo y lo pasas bien con él dure ese rato lo que dure. 

Cuando el cine en la pequeña pantalla no iba por streaming, era imposible caer en una con Donald y no seguirla hasta el final. A Donald le bastaban unos pocos minutos para seducir: dando un repaso político en JFK, como padre acomodaticio y entrañable de Orgullo y prejuicio o abogado mentor sin licencia en Tiempo de matar... Eso cuando empezó a tirar de papeles secundarios en grandes producciones.

Antes había hecho de todo y todo lo hizo bien: Gente Corriente, Novecento, Casanova, Los violentos de Kelly, M.A.S.H., Camino a la guerra, Amenaza en  la sombra, La invasión de los ultracuerpos, Klute,  El gran robo del tren, Ha llegado el águila, Doce del patíbulo,  Space Cowboys... La lista da la vuelta a Canadá, pasando por Hollywood, Gran Bretaña y Australia.

Era la versión canadiense de un Michael Caine, con quien -por cierto- trabajaría en más de una. ¿Con quién no trabajó Donald?. Caine se retira con la que estrenará este verano. Donald tiene otra pendiente de estreno. Los grandes golfos del último medio siglo, capaces de actuar convincentemente sin esfuerzo visible, nos dicen adiós.

Se echan de menos como los viejos amigos. 

miércoles, 19 de junio de 2024

Anouk Aimée


Ha muerto Jeanne de Montparnasse, Maddalena de Roma, Lola de Nantes, Luisa alias Gulietta, Anne de Deauville, Lola de Los Ángeles, Justine de Alejandría, Barbara de Parma, Simone de París... Anouk del mundo.

jueves, 13 de junio de 2024

Hollywood climático

 Deberíamos empezar a revisar ciertos recursos, digo...

1991

1995


1998


2008


2016


2024

Godzilla minus one

 

Los japoneses tienen su bichaco desde los años 50 y nadie mejor que ellos para sacarlo del mar en plan destrozón y radiactivo.  Os remito a la Wikipedia si queréis hartaros de datos, curiosidades, antecedentes y cronologías del rey del kaijū. Allí le cuentan hasta los empastes.

Adictos a la espectacularidad catastrófica, los gringos también lo han utilizado para algún blockbuster y hasta de invitado a su monsterverse, con el amiguito Kong como compañero de mamporros y ruge-ruge. Gastándose por cierto cien veces más pasta para no superar al original.

Los japoneses, entretanto, demuestran en ésta sobradamente a quién pertenece de verdad el saurio mutante, cuidando con primor las escenas de lucha y con más primor aún a los personajes humanos implicados en la aventura que pone la costa nipona y Tokio a un tris de la destrucción. 

Aquí no sólo hay una cola rompe-edificios, unos pisotones de media manzana y aliento de fuego azul para quemar hasta el horizonte. Además hay hombres y mujeres que se manejan ante la adversidad con sus razones y miedos, mezquindades y remordimientos, emociones y arrojo. De paso, el guion se permite algún tirito a la forma de ser japonesa, en lo social y en lo político, con las secuelas de guerra en primer término, los terribles trabajos bien pagados, el papel del gobierno y el de los ciudadanos de a pie..., todo muy bien traído. 

El prota humano (Riunosuke Kamiki) es un poco llorón, vale, pero ¡como para no serlo! 

Esto no es Disney, amigos, ni Marvel, ni Warner, ni cosa que se le parezca. Aunque los paisanos del monstruo también saben encajar el final feliz y la posdata inquietante. En fin, que aunque Hollywood no meta más la zarpa, tenemos Godzi para rato.

miércoles, 12 de junio de 2024

Françoise Hardy

 Otra elegante que se fue.

Ayer, después de un cáncer despiadado. 

Descanse en paz. 

Ex maridos


Hacía tiempo que no me echaba al coleto en sala una película estadounidense pequeña, sosegada, sin violencia, distopías, súper-duelos ni efectos. A lo mejor es que llevo tiempo sin escogerlas bien o irme de festivales. Pero es que tengo la sensación de que esta clase de cine norteamericano va directo a FILMIN sin pasar por los cines, como no sean aquellos que quedan en pie de la antaño robusta red de V.O.S.

Ex maridos junta de nuevo a dos intérpretes que brillaron hace décadas, Griffin Dunne y Rossana Arquette, y compartieron reparto en la deliciosa Jo, que noche (After hours) de Martin Scorsese. Casi casi, podrían ser los mismos personajes si hubiesen decidido casarse, aunque la del viejo Marty era mucho más divertida, aquí prima la tristeza. Rossana tiene tan poco papel como entonces, incluso menos, el peso lo llevan Griffin y los que interpretan a su hijos desarbolados (excelentes James Norton y Miles Heizer).

Más dinámica, divertida y veraz en su primera mitad, pero agradable en su suave amargura de principio a fin (remonta en el desenlace), Ex maridos llama la atención, ya digo, por lo poco que hace el cine estadounidense de un tiempo a esta parte películas sin mamporros, ni bodas chorras con repartos corales (esas comedias llenas de estrellas avejentadas arropando a pareja con problemas artificiales muy del primer mundo). 

Ésta en cambio luce problemas del primer mundo, pero más veraces. Es como un título indie de aquellos (años 90), con destacados en el reparto que dan para levantar el proyecto, pero no garantizan el tirón comercial de lo que salga. 

Ex estrellas fugaces, Ex vida real, Ex taquilla.

viernes, 7 de junio de 2024

Joder, Russell


 Tío, resulta difícil seguirte el sentido del humor. 

Porque esto debe de ser una broma.

lunes, 3 de junio de 2024

Furiosa

Una abrumadora sucesión de escenas nihilistas que funcionan bien por separado se desmoronan como todo narrativo en la última de Miller. La atrocidad rabiosa del desierto, sazonada de gasolina, cuero, pigmentación decorativa y mugre, solo es magnética en píldoras. Cuando se empeñan en que el asunto dure 150 minutos y el asunto cabe en apenas cinco, intentan salvarlo dando explicaciones. Es peor.

La chiquillería pasa de motivos, coartadas y remordimientos. Los adultos ya no estamos para majaderías. ¿Realmente importa que encaje la crianza de Furiosa (muy bien su rapto) con el enganche a la película anterior protagonizada por Charlize? ¿Es verosímil que un personaje como el de Chris Hemsworth viva tanto en un escenario en el que la vida no vale nada, encabezando una banda de moteros tan embrutecidos como idiotas? Sí él persevera hasta hacerse viejo ¿porqué no lo hacen las madres del "lugar verde"? ¿Resumen las necesidades humanas de supervivencia las tareítas de las tres ciudades del desierto -gasolina, armas y leche-? ¿De dónde salen las lechugas y repollos que llevan en el camión (¿es para hacer trueque con ellos? ¿trasladan las hortalizas en el depósito donde se esconde el enano, un poco para nada)? ¿Qué utilidad tiene engancharse por los pezones a un rehén encadenado, más allá de la mutilación de quien lo hace? ¿Para que sale tanto el camión de paseo? ¿Para qué perseguirlo? Estás y otras mil preguntas al hilo de las absurdeces, super-elipsis y crueldades del guión se responden con cuatro palabras: a nadie le importa.

Lo más inteligente de la película es que Mad Max sólo aparezca desde muy lejos, en una atalaya a coche parado, mirándoles pasar. Sigue la fiesta de la muerte, pero ya no tienen  ni puta gracia.