miércoles, 30 de octubre de 2024

Teri Garr

Tenía más de treinta cuando le llegaron los grandes momentos de lucimiento. Había pasado una década haciendo seriales de TV, como Batman y Star Trek, saliendo en películas sin frase o sin acreditar, hasta de Elvis. Pero en 1974 se cruzó en el camino de Coppola, con el que hizo La conversación primero y Corazonada después.

El jovencito Frankenstein, de Mel Brooks, la puso para siempre en el salón de la fama cómica, gracias a la ayudante Inga y su "par de aldabas". Además, trabajó para Spielberg (Encuentros en la tercera fase), Pollack (Tootsie) y Scorsese (After hours), demostrando distintos registros, para ser incómoda, tronchante, peligrosa o todo a la vez. 

Después siguió en el ajo, inexplicablemente apartada de las grandes producciones de los cineastas más talentosos de aquella generación, aunque su ritmo para la comedia seguía intacto. Volvió a demostrarlo haciendo de la madre de Phoebe en Friends. Era perfecta para el papel.

Teri Garr lució siempre como una de esas figuras entrañables, cuya presencia bastaba para enriquecer una escena, valorar una réplica, endulzar una carcajada. 

Ha muerto a los 79. Descansa en paz, "Inga". 

Fin de viaje, Sahara


La película figura como producción de 2023 por algún tecnicismo que actualiza la producción si se restaura material, se añaden minutos de metraje, etc. Porque en realidad se rodó en 1983 y se estrenó en el 85, distribuida entonces por Warner. Recorrió festivales de la época y se vendió a 25 países, incluida China, cosa impensable por aquellos días.

Maru Valdivieso, la chica de la peli, inició su carrera en ella (casi todo el equipo se estrenaba en realidad) y aunque no le duró mucho el "estrellato" (si ese concepto vale para estas tierras), sí la carrera de actriz, que llega a nuestros días. Lo mismo pasó con Enrique Simón. O con el director de foto Javier Salmones, que acaba de estrenar La infiltrada. Con el productor Carlos Taillefer, que ya había trabajado en Cary Cooper que estás en los cielos y seguiría en funciones de jefe de producción, director de producción o productor ejecutivo en títulos tan renombrados como El sol del membrillo, de Víctor Erice o El camino de los ingleses, de Antonio Banderas.

Otra suerte corrió el director de la película, Antonio R. Cabal, que inexplicablemente no dirigió más.

La película original se estrenó con menos de 100 minutos y lo ha hecho ahora con más de 120, reordenada, restaurada, remasterizada y todas esas cosas que hacen en otros lares. Tengo un recuerdo difuso de la versión del 85, así que me resulta difícil juzgar la mejora o no de la narración. El material, eso sí, luce nuevo, como recién hecho.

Su problema, como casi siempre en nuestro cine de un tiempo a esta parte, recae en el guion. Evidentemente, el género "de aventuras" y la aventura misma de rodar en el Sahara lo acaparó todo. Y la propuesta, fresca y natural, se queda un poco en eso, en una historia fresca y natural, donde los dos jóvenes aventureros no son ni demasiado empáticos, ni divertidos, ni templados. Nada sabemos de sus motivos, de la preparación del viaje o de la solidez de esa amistad y la elección de ambos para compartir con el otro semejante reto. Se entiende mejor a Maru, ella tiene motivos para enrolarse con los franceses y jugar a novieta de quien convenga en cada momento.

A pesar de que el sentido narrativo y dramático de la Aventura en una película española de los ochenta no es el que practicaría Hollywood, la historia (aderezada de escenarios de espectacular belleza), se ve con interés, incluso amenidad, prácticamente de principio a fin. Merecería atención en este 2024 por parte de la Academia de Cine, más allá de organizar el pase gratuito al que tuvimos el placer de asistir. 

Buena suerte en los Goya, vieja tropa valiente.


    

lunes, 28 de octubre de 2024

Robot Salvaje

Una buena propuesta, que rescata ideas repartidas por títulos pasados (Wall-E, El Gigante de Hierro, Finch) con un desarrollo que logra varios momentos de honda emoción y otros de estándares a la moda innecesarios. 

Cuanto más íntimo el momento, más lograda. La épica colectiva contra el malvado más obvio es lo menos interesante de la película. Lo Salvaje no está ahí.

De la calidad de la animación que Dreamworks gasta a estas alturas, nada qué decir. Apabullante calidad. Salvaje, casi.



martes, 8 de octubre de 2024

Almas en pena en Inisherin


Desoladora y magnífica, roza la obra maestra aunque se queda a dos dedos (literal) de conseguirlo. La premisa es tan potente y el desarrollo tan ajustado, que su último tramo deja un leve poso de decepción. Y eso que termina del mejor modo posible, quizá no haya otro de acabar con tanta elegancia.

Los intérpretes están realmente impresionantes. Colin Farrell y Brendan Gleeson ya protagonizaron otra estupenda rareza de Martin McDonagh (Escondidos en Brujas), pero en ésta de Inisherin van mas allá y Farrell se inventa lo que en él parecía imposible: un pobre diablo cortito de entendederas y sin atractivos de ninguna especie, apenas un tipo plomizo pero amable.

Los complementan las mascotas más o menos convencionales, esa hermana furibunda, el tabernero y su gemelo, la vieja agorera, el joven retrasado, el policía execrable. Todos con su justa parcela de relevancia y representación.

Y el paisaje y la música irlandeses, claro. Bella y espiritual en toda su pena honda. Ideal para días y ánimos nublados.