Hay tardes en las que, saltando de flor en flor, vas y aterrizas en el montón de estiércol que las abona. La plataforma de la N, que cada vez más quiere ser M (de mierder).
Allí he visto tres películas olvidables, como de cine de avión. Ojo, una de Fincher, otra con Julia Roberts de súper-estrella y la última aliñada con Emily Blunt, Chris Evans y Andy García (la aparición de éste ya daba una pista, porque lleva una rachita...)
En fin, vamos por pelis, pero no esperéis que me explaye.
The Killer
Fincher sigue siendo un mago del envoltorio, pero debajo no hay nada, palabrería hueca, decisiones a capricho, personajes planos, un bajonazo de esos que parecen marca de la casa M cuando contrata nombres de relumbrón.
Dejar el mundo atrás
Dejad la película atrás, el algoritmo atrás, la plataforma atrás. Y Julia, vuelve a sonreír, por favor. No te pongas Ariadna.
El negocio del dolor
Imitar a Scorsese aumenta las posibilidades de darse el batacazo. Los hechos reales o los repartos afortunados no dan pluses aunque lo parezca. Evans sigue intentando sacudirse de encima al capitán América. Emily bien, claro. Andy en su línea actuaciones con barba.
Me vuelvo a Filmin, por consejo de especialistas.
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