Aviso a los espectadores
ensimismados: esta película es de las que deja buen sabor de boca al público
masivo, creo que a prácticamente todo el púbico que paga en taquilla. El film
tiene miga, pero no se le nota, sólo alardea de buen rollo. Un hándicap –sobre
todo en España- que se resuelve desprendiéndose del profesionalismo a tiempo
completo o la cinefilia militante. Una ocasión de oro para recuperar la mirada
limpia de cuando no jugábamos a ser críticos “sí, pero…”.
Hay pocos elogios comparables para
una película positiva como el de “salir siendo mejor de como entraste”.
Campeones consigue eso, lo que me parece -de lejos- su mayor triunfo.
Rodar con discapacitados
intelectuales es un reto inolvidable, he podido comprobarlo en persona: Les
encanta la cámara, pero para decir la verdad, y encajar eso a Cine no
está al alcance de cualquiera. Seguramente, Fresser era el único director español
posible para una aventura como ésta, gracias a su habilidad para sortear con mucho
humor los más nutridos campos de minas.
Además, tiene a Javier
Gutiérrez, que no sólo dice, sino que escucha como pocos. Basta una primera
sesión de entrenamiento baloncestístico (cuando ya hemos visto lo cabreado que
está con la vida, en un arranque preciso y espectacular), para comprender que
es el actor que esta historia se merece, y que nos pondremos en su piel
inevitablemente, mientras la risa y la emoción se acumulan sin descanso y sin
agotarte.
Porque no es el único
entrenamiento y porque, para competir, tienen que viajar a ciudades que no son
la suya, lo que constituye otro filón ideal para Fresser.
El guión, no sé si inicial o
modulado en el mismo rodaje (lo que es muy posible), es de los más divertidos
que recuerdo en lo que llevamos de siglo. Transparente, enfocado, pero
habilísimo para el gag, avanza con el equipo y su entrenador inseguro e
impaciente, pero sin olvidarse de la grada: esa madre sarcástica, esa media
naranja “en el buen sentido”, ese jefe de centro cultural, ese tendero maniático.
Hasta las concesiones al “mensaje”
(pocas y seleccionadas) son demoledoras, porque se ruedan a corazón abierto y con
mucho aplomo. Así las cosas, el nudo en la garganta, el zasca a nuestro cinismo,
son incontestables.
Para qué darle más vueltas a la
pelota. Id a verla y pasadlo bien.
muy divertida
ResponderEliminary emotiva
Me ha gustado a rabiar
ResponderEliminarHoy la fuí a ver con mi hijo de 10 años, estupenda película, grandes mensajes sacude cinismos y planta pies en el suelo, todo el que vaya a verla saldrá con un buen sabor de boca sin duda, con algunas mariposillas en el estómago y cuestionándose quizás si podría ser mejor persona.
ResponderEliminarUna película para ir a ver y si es en familia mejor.
Pues en efecto es excelente. Gracias Fernando por recomendarla
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