Where have you gone, Charles Laughton?

Hoy me ha dado por recordar aquel verso -Where have you gone, Joe Di Maggio?- de la canción de Simon y Garfunkel que popularizó la película El Graduado.

La película se hizo célebre por la escabrosa relación entre el joven Ben y la madura Mrs Robinson, aunque la desorientación vital de la gente como Ben era el asunto de fondo. Y aquella pregunta se convirtió en el lema de una generación que añoraba héroes en los que mirarse.

Yo a quien añoro es a Charles Laughton.
Cada día, a la hora en que los kioscos sacan al mostrador nuestras cabeceras de prensa...

Las pelis sonaban mejor con Peggy Lee

Tenía una voz fantástica, especializada en el jazz de terciopelo, y un estilo que uno querría encontrarse en algún club el sábado por la noche, sin tener que vivirlo en diferido, mirando la pantalla. Ya sabéis a qué tipo de club me refiero, uno de esos con mesas pequeñas de mantel largo, jarroncito con flor seca y tragos licuados en hielo, en los que escuchar fumando y de etiqueta.

Cualquiera de estas canciones que envolvieron imágenes de un cine prácticamente desaparecido lo certifican. 

Esta noche, con ustedes, Peggy Lee.

BSO JHONNY GUITAR



BSO LA DAMA Y EL VAGABUNDO



BSO PETER KELLY´S BLUES



BSO AFTER HOURS

La mejor oferta

Giuseppe Tornatore nunca maltrata a sus espectadores, aunque a veces los mime demasiado. Su filmografía no es extensa, pero ofrece piezas de bastante interés y una obra, si no maestra, con uno de los finales más conmovedores que se han volcado en una pantalla. Sí, claro, estoy hablando del final de Cinema Paradiso, donde el amor al cine se convierte en una insuperable explosión de lo que Garci llama "nostalgia jubilosa".

Paradójicamente, es quizá el éxito de aquella lo que ha pesado durante demasiado tiempo sobre la reputación del cineasta, del que se esperaba cine bonito, mediterráneo y nostálgico en cada una de sus nuevas entregas. Tornatore, en cambio, ha seguido inventando propuestas de tono variado, desde una pasión cinéfila que le permite moverse con soltura por el género que en cada momento le cuadra a su necesidad de contar.

Y así llegamos a La mejor oferta, sin saber qué nuevo giro propondrá el italiano para la ocasión. Sorpresa, sorpresa.

Con ayuda del elegante Geoffrey Rush y un universo elitista y decadente envolviendo al personaje, media docena de localizaciones tan funcionales como impactantes y un guión inteligente como pocos ahora, Tornatore cuenta una historia de amor original, intrigante y desoladora. Con un desarrollo estupendamente dosificado que justifica -esta vez sí- un metraje superior a las dos horas, la película consigue que el espectador conecte su curiosidad, su irritación y sus sentimientos a los de Rush para que, como él, pueda dejarse llevar hasta el cielo y el infierno.

Quizá he dicho ya demasiado. Así que lo dejaré aquí, con un simple consejo: buscad un cine y aceptad la oferta de Tornatore.

Lunes de cine en Madrid

PELÍCULAS ESPAÑOLAS ACTUALMENTE EN CINES DE MADRID:

Área de descanso Artistic Metropol

El tiempo de Plácido Meana Pequeño Cinestudio

Encierro Palafox y Kinepolis

Gigantes. La leyenda de Tombatossals Mirasierra Paraíso

Hijo de Caín Pequeño Cinestudio, La Dehesa Cuadernillos

Insensibles Mirasierra Paraíso

Lo imposible Cine de Verano Parque Calero

Menú degustación Pequeño Cinestudio

Tesis sobre un homicidio Cine de Verano Parque Calero

Un dios prohibido Mirasierra paraíso, La Dehesa cuadernillos

Total de cines: 7.

De estas películas, Lo imposible y Tesis sobre un homicidio han agotado prácticamente su recorrido comercial y de ahí que estén ahora en cines de verano. Otras tres han encontrado como único refugio el Pequeño cinestudio, que hace honor a su nombre por su reducido número de butacas (en una sola sala donde se alternarán las diferentes películas).  Hijo de Caín se estrenó hace casi un mes y medio, pero Menú degustación lo hizo hace poco más de quince días. Respecto a El tiempo de Plácido Meana, ni siquiera existe un tráiler colgado en youtube. Gigantes es una película de animación cuyo nivel técnico y artístico, con todos mis respetos, es aceptable para un canal de dibujos en la TDT, pero no para la gran pantalla. Área de descanso, cuyo tráiler es tirando a disuasorio, ha conseguido estrenarse dos años después de su producción en Artisitc Metropol, otra sala de pequeño aforo. Insensibles y Un dios prohibido tienen como marco la guerra civil, lo que –sin entrar en sus calidades- hace tiempo que se considera veneno para la taquilla. Encierro es un documental en 3D sobre los encierros de San Fermín, cuyos principales competidores son  –paradójicamente- los actuales encierros de San Fermín.

CUATRO TÍTULOS USA, HOY EN LOS CINES DE MADRID:

El hombre de acero: 40 cines

Gru 2: 43 cines

Star Trek en la oscuridad: 44 salas

Antes de Anochecer (la indie): 23 salas

Estos datos no necesitan comentario adjunto. Hablan por sí mismos.

Dos estrenos de julio

En pocos días se estrenan dos películas que pasaron por el último Festival de San Sebastián y obtuvieron entonces un tratamiento festivalero (la europea en sección oficial, la iberomaericana en sección paralela), inversamente proporcional a su calidad y encanto.

Inconvenientes de la globalización cinematográfica según patrón imperante se reúnen en racimo en la película de Lasse Hallström que, con todo y ser sueco, ya hace tiempo que piensa en gringo en la peor versión del término. Pareció que mejoraba con La pesca del salmón en Yemen, pero El hipnotista (estreno el 12 de julio) es de lejos su peor película. Aunque el origen del desacierto sea absolutamente local.

Desde que explotó el fenómeno Larsson, los suecos se han empeñado en desempolvar sus miserias criminales y sacarles partido en papel y en pantalla. Pero ésta intriga bajo la nieve, ni aun con su buen reparto hablándose en sueco tiene por donde cogerla. Un poderoso comienzo a través de la puesta en escena que nos muestra el asesinato múltiple deriva en una trama más tramposa según avanza. Al final, solo falta que el asesino muera tres veces sucesivas, pero afortunadamente se conforman con la primera. Supongo que, siendo sueco, siempre le queda a uno algo de pudor narrativo.

Por el contrario, la rara y pequeña El último Elvis (estreno el 19 de julio) es inequívocamente argentina aunque trate la cochambrosa pero conmovedora historia de un imitador del rey. Ver cantar al protagonista con su propia voz los temas de Presley es absolutamente asombroso, no solo por el parecido vocal, sino por el planteamiento cinematográfico de las actuaciones que salpican la película. El nuevo Armando Bo se saca una interesante propuesta de la manga, con más poso autoral – e incluso su pizca de hermetismo sueco- que Hallström en los nevados escenarios escandinavos.

¿A quién arropará la triste taquilla de julio? Hagan sus apuestas.